Ya rige el aumento del 8% en las cuotas y el acumulado en el año supera en 6 puntos la inflación general. El impacto se nota también hinchables en la desaceleración de las nuevas afiliaciones
“Estamos sufriendo una sangría”, reconoció hace unas semanas en Mendoza, durante el Congreso Argentino de Salud, Hugo Magonza, presidente de la Asociación Civil de Entidades Médicas Integradas (ACAMI).
Con esa frase, el ejecutivo graficó el impacto que la crisis económica genera en las empresas de medicina prepaga que, desde hace unos años vienen perdiendo adherentes, aunque el panorama se intensificó en los últimos meses.
Desde hoy el valor de las cuotas se incrementó un 8% y se estima que no será el último aumento del año.
Esto hizo que muchas de familias decidan dejar la cobertura privada y vuelvan a las obras sociales. Quienes optan por permanecer en las prepagas, se bajan a los planes más accesibles. Y otros, imposibilitados de seguir pagando, pasan al sistema público en el que hoy se se atienden 15,7 millones de personas.
“El crecimiento de la población de usuarios ha mermado en un 60% si comparamos el período enero-agosto 2017 con los ocho primeros meses de 2018”, indica en diálogo con FILO Francisco Clucellas, Gerente de Relaciones Institucionales de Osde, la prepaga con mayor número de afiliados: 2.220.959. También admite que existe un descenso en el número de cápitas y cambios hacia los planes más económicos, pero aclara que no dispone aún de estadísticas.
Las prepagas cuentan hoy en el país con 6 millones de adherentes. La mayoría son afiliados a las obras sociales que derivan sus aportes al sector privado
¿POR QUÉ AUMENTAN?
Lo primero que aclaran en las empresas es que “el aumento del valor de los planes no lo determinan las entidades, sino el Estado”, a través del ahora Ministerio de Salud y Desarrollo Social. Aseguran además que la suba no logra cubrir el 50% del incremento de los costos.
“La necesidad del aumento no solo obedece a la inflación general sino también en razón de la suba de precios de medicamentos e insumos ortopédicos que en su gran mayoría son de origen importado”, explican.
“Nosotros no brindamos un servicio público, sino privado; no obstante los precios de los planes se encuentran regulados por el Estado, cosa que no ocurre por ejemplo con la escolaridad privada”, sostiene el representante de Osde
“Permanentemente se introducen en el mercado nuevas tecnologías que encarecen el costo de tratamientos de diversas enfermedades. E incluso algunas que no han sido inflatable water slide incorporadas en el menú de prestaciones por parte del Ministerio de Salud, su cobertura le es impuesta a las prepagas a través de resoluciones judiciales”, se quejan.
POR ENCIMA DE LA INFLACIÓN“No solo en Argentina sino a nivel global, se ha demostrado que la inflación en salud es en promedio un 6 ó 7% más elevada que la inflación general”, explica Clucellas y lo adjudica a la “permanente incorporación de nuevos tratamientos que en muchos casos no han demostrado ser más efectivos que los existentes”.
Sus dichos confirman lo que está ocurriendo hoy: la inflación de la salud privada acumula en lo que va del año un 29,8%, mientras que el índice de inflación general del INDEC suma en los primeros ocho meses del año 24,3%.
UN SISTEMA CON 3 ACTORES
La cobertura sanitaria argentina combina al sector público a través de los hospitales nacionales, provinciales y municipales, con las obras sociales y mutuales y con la medicina privada, a través de las prepagas.
Y en muchos casos esos tres actores se superponen: un mismo paciente puede consultar en el servicio público de salud, aportar a una obra social y a la vez optar por una prepaga abonando un plus en la cuota.
Los especialistas sostienen que es imperioso ordenar el sistema para que sea más eficiente y el acceso a la salud sea equitativo para toda la población.