ACAMI

Argentina participó en la 144º reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud

La delegación argentina participó en la redacción de los documentos sobre resistencia antimicrobiana, enfermedades no transmisibles y acción global sobre seguridad del paciente.

Autoridades de Salud de Argentina participaron de la 144.a reunión del Consejo Ejecutivo (CE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se realizó en la sede del organismo internacional en Ginebra, Suiza, del 24 de enero al 1 de febrero.

En representación del país, la directora nacional de Relaciones Sanitarias Internacionales de la secretaría de Gobierno de Salud de la Nación, Jorgelina Costanzi, participó activamente en todos los puntos del orden del día y en las reuniones paralelas para fortalecer el posicionamiento internacional del país.

En ese marco, se aprobaron diversas resoluciones y disposiciones y la Argentina copatrocinó y participó en la redacción de los documentos sobre resistencia antimicrobiana, enfermedades no transmisibles y acción global sobre seguridad del paciente.

Dentro del orden del día de la reunión, se trataron el proyecto de presupuesto por programas para 2020-2021; la erradicación y transición de la poliomielitis; la aplicación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; la cobertura sanitaria universal y atención primaria de la salud.

También se abordaron las temáticas salud, medioambiente y cambio climático; medicamentos, vacunas y productos sanitarios; resistencia a los antimicrobianos; prevención y control de las enfermedades no transmisibles; erradicación de la tuberculosis; recursos humanos para la salud; promoción de la salud de refugiados y migrantes; eliminación del cáncer del cuello uterino; seguridad del paciente y agua, saneamiento e higiene.

06-02-19 consejo consultivo OMS

Día Mundial del Cáncer: lanzan un mapa virtual para pacientes y profesionales de la Argentina

La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana
La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana
En la víspera del Día Mundial del Cáncer, la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC) lanzó el Mapa de Investigación del Cáncer en Argentina (MICA), una nueva herramienta que se puede consultar on line y través de una App.

La herramienta es gratuita y lo que busca es compilar en un solo lugar los avances y en qué se está trabajando dentro de la Argentina respecto del cáncer. Está disponible para ser consultada por pacientes, médicos, comunidad científica y público en general.

“Es un proyecto que surgió hace más de un año en el que se trabajó todo el 2017. Busca recopilar en un solo lugar toda la información sobre la investigación del cáncer en el país porque no existe un lugar, en la actualidad, que cumpla esa función. No hay ningún registro específico de esto, ni están disponibles a toda la comunidad”, dijo a LA NACIÓN Viviana Videla, a cargo del área de investigación de la asociación.

La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana
La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana

Cómo funciona el mapa, que ya está on line, es simple. “La persona ingresa una palabra clave, por ejemplo, un tipo de tumor o una droga y el sistema le arroja todas las investigaciones que se hacen respecto a ese tema en el país y le muestra, a través de un mapa, dónde se está llevando adelante, quién es el médico responsable de la investigación y además de los datos de contacto. Queremos que el sistema sea amigable para el paciente y la comunidad toda, además de la científica. Que se pueda saber cómo investiga y trabaja argentina en el tema del cáncer. También las personas pueden enviar sus consultas y se la responden desde la asociación”, explicó Videla.

Desde la AAOC, que reúne a más de 900 oncólogos del país, también se pretende difundir los conceptos fundamentales para comprender las implicancias de participar en estudios de investigación, cuáles son los organismos que regulan la actividad en Argentina y qué principios éticos se respetan en las investigaciones con seres humanos.

Una campaña de ONG´s para hablar “en positivo”

La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana
La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana.

También, aprovechando la fecha mundial, un grupo de ONG´s que ayudan a pacientes y familias con cáncer lanzaron una campaña para hablar “en positivo” sobre esta enfermedad y erradicar las palabras relacionadas a guerras o batallas.

“El objetivo es concientizar a la comunidad respecto del uso de determinadas terminologías vinculadas con el cáncer, la necesidad de instalar un nuevo léxico del cáncer para deconstruir mitos, concientizar, comunicar mejor sobre la enfermedad y, al mismo tiempo, motivar a los pacientes”, explicaron a través de un comunicado las organizaciones detrás de la iniciativa, entre las que se encuentran Fundación ACIAPO, Asociación Civil Sostén, Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (MACMA), Fundación FUCA, Fundación TIEMPO DE VIVIR, Linfomas Argentina, Fundación Pacientes Cáncer de Pulmón, Asociación Alma, ACILCO Asociación Civil, GIST Argentina, Fundación Bomberos de Argentina y la AAOC.

Los promotores explicaron que, a pesar de las mejorías en el tratamiento de la enfermedad, la gente le tiene miedo al cáncer ya que lo considera un sinónimo de muerte. Aseguran que el cáncer es percibido como una enfermedad letal y poco se sabe sobre estas nuevas posibilidades. De allí se desprende que los términos que generalmente se utilizan para definir el cáncer o hablar del tratamiento sean términos bélicos.

La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana
La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana

En esta primera etapa se centrarán en revertir tres mensajes ya instalados en la sociedad:

  • La ciencia no tiene “armas”. Dispone de “herramientas”.
  • No es una “guerra” contra el cáncer. Es un recorrido a favor de la salud.
  • El cáncer no es sinónimo de “enfermedad terminal”. Siempre hay algo por hacer.

“Se trata de palabras que de por sí tienen una connotación negativa y queremos que el cáncer empiece a ser percibido como lo que es: una enfermedad que puede curarse y volverse crónica si es detectada a tiempo. Creemos que ya no basta con hablar de cáncer para concientizar, debemos hacerlo con mayor compromiso, entendiendo que tenemos que ser cuidadosos con las palabras que usamos”, dijeron a través de un comunicado y cerraron: “Si hablamos distinto, estamos educando sobre la real situación del cáncer en la actualidad”.

La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana
La campaña busca hablar en positivo del cáncer para desterrar el miedo y fomentar la prevención y la detección temprana

Se espera un fuerte cambio en la cirugía robótica en la región

Para el cirujano argentino Enrique Elli, no hay dudas: la presencia de los robots en el quirófano será cada vez más común en nuestro país y el resto de la región. Sobre todo porque, de acuerdo con su experiencia en la Clínica Mayo, de los Estados Unidos, disminuyen las complicaciones en algunas intervenciones con buenos resultados.

“En cinco años, habrá un gran cambio en la cirugía robótica en América Latina”, afirma Elli, que visitó recientemente el país, donde el año pasado entrenó a dos equipos hospitalarios en el uso de las técnicas robóticas en cirugía bariátrica y metabólica. Esta vez, fue uno de los invitados extranjeros en el último Congreso Argentino de Cirugía. “Es un campo que va creciendo año tras año, lejos de desaparecer”, sostiene el especialista, de 46 años, recibido en la Universidad del Salvador y que hizo su residencia en el Hospital de Clínicas.

Durante este tipo de intervenciones, el cirujano va usando instrumentos muy pequeños para operar y lo hace a través de múltiples brazos robóticos que controla mediante una computadora sentado en una consola a metros del paciente. Como con otros métodos quirúrgicos, el entrenamiento y la práctica mejoran los resultados.

Elli se formó en cirugía robótica en la Universidad de Illinois, en Chicago, donde vivió 16 años. Hace tres años, se mudó a Jacksonville, en el estado de Florida, Estados Unidos, donde la Clínica Mayo tiene una de sus sedes.

En ese establecimiento trata a pacientes con trastornos metabólicos, incluido el síndrome que combina tres o más de cinco factores de riesgo y predispone a tener problemas cardiovasculares. Son la hipertensión, el perímetro abdominal por encima de 80-88 centímetros en las mujeres y 95-102 centímetros en los hombres, y los valores de glucosa, grasas (triglicéridos) y colesterol HDL o “bueno” elevados.

“A diferencia de lo que sucede con la cirugía bariátrica, para la cirugía metabólica no hace falta que un paciente tenga obesidad grave. Con todos esos cuadros clínicos, ya puede sufrir complicaciones de alto riesgo”, señala el especialista, que publicó 65 estudios y 12 capítulos de libros.

Los requisitos para la intervención son tener un índice de masa corporal de 30 o aún menos, en especial si es junto con diabetes tipo 2 difícil de tratar (por ejemplo, cuando la demanda de insulina es muy grande y el organismo no responde al tratamiento farmacológico).

“La cirugía resuelve estos problemas en una semana o 10 días -afirma el cirujano-. Mejora la glucemia, la hipertensión y el colesterol. En los pacientes que necesitan altas dosis de insulina, dejan de utilizarlas y revierte el riesgo cardíaco”.

En nuestro país, se entrenó en el uso de esta intervención a un equipo del Hospital Churruca. “Aquí, el costo de la cirugía robótica aún es muy importante. Pero en cinco años se verá un gran cambio, como en el resto de la región, porque hay más empresas en este campo que están incorporando al mercado otros equipos. Esto favorecerá el acceso para los profesionales y los pacientes”, explica.

A la vez, en este campo avanza el tratamiento quirúrgico de ciertos tumores, como la cirugía de la pared abdominal, porque “es más simple de aplicar y prender en forma robótica manteniendo el enfoque mínimamente invasivo”, detalla el cirujano.

En Europa y Asia, ese campo está más extendido que en los Estados Unidos, donde la cirugía robótica va reemplazando a la laparoscópica convencional, aunque los seguros de salud aún se resisten a cubrirla. En especial, según comenta Elli, porque todavía las ventajas para las aseguradoras no son tan evidentes. “Argumentan que los resultados son los mismos. Y es verdad, pero también esto depende del cirujano”, afirma.

Aunque aclara que los riesgos con la cirugía por vía laparoscópica convencional son “muy bajos”, dice que las ventajas en algunos parámetros con la versión robótica “son claras”, de acuerdo con resultados que en la Clínica Mayo también relevaron en pacientes con cáncer. Son, por ejemplo, la disminución del sangrado y las infecciones.

“La cirugía con interfaz digital es, sin duda, el futuro próximo que cambiará la forma en que los pacientes serán tratados, con una mejoría significativa de los resultados y, a la vez, minimizando las complicaciones”, finaliza Elli, que también se desempeña como profesor asociado de cirugía y director de cirugía bariátrica de la Facultad de Medicina de Mayo. También está al frente del Programa de Especialista en Cirugía Miniinvasiva.

Una plataforma para desarrollar vacunas orales y reemplazar el uso de las jeringas

Fue diseñada por un equipo del CONICET dirigido por Hugo Luján y publicada recientemente en la revista Nature Communications.

En muchas personas vacunarse desencadena un cóctel de miedos atávicos. Detrás de la jeringa suele aparecer la aversión a las inyecciones, la preocupación por la esterilidad de las agujas o hasta el fantasma de contraer una infección cruzada. Hugo Luján, doctor en Ciencias Químicas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director del Centro de Investigación y Desarrollo en Inmunología y Enfermedades Infecciosas (CIDIE) de Córdoba, diseñó una cura para todos esos males: una plataforma que permitiría convertir cualquier antígeno en una vacuna de ingesta oral –a través de pastillas- que podría reemplazar a las inyecciones tradicionales y significaría el fin de la pesadilla.

Hasta hoy, la única vacuna oral que existe en el mercado es la Sabín, que se desarrolló en los años 60 y se aplica contra la Poliomelitis en niños de 6 meses a 5 años de edad. La plataforma desarrollada por Luján, difundida recientemente a través de la publicación de un paper en la revista Nature Communications, podría utilizarse en la generación de vacunas orales que combatan cualquier agente infeccioso, incluso contra células tumorales.

Como es lógico, el surgimiento de este desarrollo tiene atrás una cadena de desarrollos previos y más de veinte años de dedicación en el estudio de los mecanismos de adaptación de parásitos patógenos humanos y de animales. Para comprenderlo, es necesario repasar primero cómo funcionan las vacunas tradicionales. El mecanismo es muy simple: a través de una inyección, ingresa al cuerpo una cantidad pequeña de virus o bacterias que le “enseñan” al sistema inmunitario cómo reconocer, defenderse y atacar a los microorganismos -virus o bacterias- cuando eventualmente lo invadan.

En contraposición a las vacunas inyectables, la principal desventaja de las vacunas orales es que se degradan fácilmente en el intestino a través de la digestión. Sin embargo, Luján y su equipo fueron pioneros en generar, en 2008, una vacuna oral contra la Giardiasis, una enfermedad diarreica que afecta sobre todo a los países subdesarrollados, ocasionada por un parásito microscópico unicelular que vive en el intestino delgado de las personas y se transmite por las heces de una persona o animal infectado.

¿Cómo llegaron a ese descubrimiento? El parásito Giardia lambia es particular, porque tiene un mecanismo adaptativo denominado “variación antigénica”, que actúa como un “disfraz”: por medio de este proceso, el parásito tiene la capacidad de cambiar continuamente sus principales moléculas de superficie (llamadas “proteínas variables de superficie” o VSPs), lo que le permite evadir la respuesta inmune del hospedador y por eso puede permanecer crónicamente en el intestino de una persona o animal. Por eso, también, Giardia era un parásito tan difícil de combatir. Luján logró, por primera vez, que el repertorio completo de VSPs nativas purificadas fuera capaz de provocar una respuesta inmune protectora contra todos los posibles “disfraces” del parásito en forma de oral, que fue validada en el laboratorio y luego en animales domésticos, con resultados que permitieron al CONICET su licenciamiento a una empresa internacional.

Con ese desarrollo patentado, Luján se reunió con colegas de Francia y surgió una nueva idea: desarrollar vacunas orales para prevenir otros agentes infecciosos, adosándoles a los antígenos las proteínas VSPs de Giardia, que por sus propiedades protectivas permitirían que las vacunas orales resistan en el intestino y no sean degradadas. Los colegas de Francia, en tanto, aportaron el desarrollo de unas “partículas similares a virus” (VLPs), partículas que estimulan el sistema inmune porque imitan las estructuras de los virus, pero no tienen su material genético, por lo tanto no enferman. La decoración de las superficies de las VLPs con las VSPs y los antígenos que se quieran combatir –como por ejemplo de gripe, de Zika, de tuberculosis- dio como resultado vacunas orales efectivas en estudios en animales. Esa combinación es la revolucionaria plataforma que creó Luján junto a sus colegas y su equipo, con participación especial de las investigadoras Marianela Serradell y Lucía Rupil.

 

Detalles del desarrollo

“Las partículas similares a virus son como el armazón, a las cuales se les puedo agregar una molécula cualquiera, para generar una respuesta inmune contra la misma. Pero al mismo tiempo se le agrega las proteínas de superficies de Giardia para que se protejan en el intestino. Giardia vive en el intestino y nadie sabía por qué no se digería como cualquier comida, nosotros empezamos a ver estas proteínas de superficie que en su momento nos ayudaron a generar esta vacuna contra Giardia, y vimos que si se las ponemos por fuera, estas partículas similares a virus no se degradaban”, expone Luján. “Aunque parezca compleja, es una técnica fácil de llevar a cabo y sin necesidad de equipamiento de alta complejidad”, asegura el investigador del CONICET.

“Producimos esas proteínas de Giardia en el laboratorio, las sometimos a diferentes condiciones de digestión, y vimos que todas estas proteínas resisten, entonces son excelentes para proteger estas partículas virales, a las que le podemos unir cualquier antígeno vacunal. Esa es la plataforma”, agrega.

“Ya la probamos con antígenos del virus de la Influenza, el virus Sincicial Respiratorio, la tuberculosis y el Zika, y esos antígenos no se degradan y generan una importante respuesta inmune no solo en las mucosas, por done entran al cuerpo la mayoría de los agentes infecciosos, sino también de forma sistémica.”

Agrega Luján que “durante nuestros estudios también observamos que al inyectarle a ratones vacunados contra un determinado antígeno y células tumorales expresando ese determinado antígeno, los tumores no se desarrollaban, lo que sí ocurría en los animales no vacunados o en aquellos vacunados oralmente con partículas sin VSPs. Inclusive, para algunos tumores la vacuna funcionó de manera terapéutica”.

Entre las ventajas de las vacunas orales, Luján apunta que “como estas partículas orales no requieren frío para su transporte o guardado ya que incluyen proteínas de Giardia -que soporta cambios de temperatura y pH tanto dentro como fuera del intestino-, no requieren cadena de frío ni ninguna logística particular. Tampoco necesitan personal entrenado, no presentan riesgo de infecciones cruzadas, evitan los riesgos asociados al uso de jeringas y agujas, no tienen gastos por el descarte, son indoloras y al constituir una técnica no invasiva resultan atractivas para su aplicación en programas de vacunación masiva o personalizada”.

Para Luján, “las posibilidades que se abren con esta plataforma son inmensas y podemos generar importantes recursos para el país”. Y concluye: “Nunca imaginamos que íbamos a encontrarle utilidad a estas proteínas más allá de la vacuna contra Giardia. La ciencia es así: uno no puede predecir en qué va a terminar. El próximo paso será que se hagan ensayos clínicos en seres humanos”.

Ensayos comparativos

En los ensayos, “lo fundamental que descubrimos es que una vez que vacunamos a los ratones por vía oral con estas partículas virales conteniendo antígenos del virus de la gripe, muy fáciles de generar y baratas en el laboratorio, sucedió que esos antígenos no se degradaban. Entonces vimos que nuestras proteínas protegían a las partículas de la degradación. Por el otro lado, vimos que activaban el sistema inmune por unión a un receptor específico (el receptor TLR-4), y una vez vacunados, medimos su respuesta: los ratones vacunados de manera oral estuvieron protegidos contra el desafío con virus vivos en un 100 por ciento, mientras que los ratones que se vacunaron por vía inyectable se protegieron en un 80 por ciento. Entonces demostramos que nuestra vacuna oral, al vacunar a través del intestino superior, no el intestino grueso, era mejor que vacunar con una inyección”.

Con esta respuesta, usaron la plataforma para vacunas terapéuticas contra diferentes tipos de cáncer. “Estoy divagando, haciendo futurismo según los resultados, que los tenemos solo con animales, pero esto te abre la puerta para esos estudios. Por ejemplo los de cáncer, porque una vez que detectan un tumor, que se hace una biopsia y se analiza, se sabe cuáles son sus antígenos específicos que necesita una persona, y con este sistema nosotros podríamos hacer una vacuna personalizada para cada paciente”, se adelanta Luján.