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El sistema de salud argentino y una serie de eventos desafortunados

Columnista invitado (*) Desde los últimos 30 años, el Estado, responsable primario y tutor de la salud pública, ha sido el culpable de su paulatino y sostenido deterioro.

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La Argentina destina cerca del 10 por ciento de su PBI a la salud. (Foto: Adobe Stock)
La Argentina destina cerca del 10 por ciento de su PBI a la salud. (Foto: Adobe Stock)

Estimado lector: el título refiere al libro de Daniel Handler, escrito bajo el seudónimo de Lemony Snicket, publicado en 1999, una novela negra, luego llevada al cine, que trata sobre las desventuras de tres niños que quedan huérfanos ante la muerte trágica e inesperada de sus padres. Se la recomiendo si no la vio. Narra sucesos tristes ‐muchos de ellos crueles‐ que viven estos niños, quienes inesperadamente pasan de vivir felizmente en un hogar sin privaciones ni necesidades junto a sus afectuosos padres, a sufrir toda clase de infortunios en forma sucesiva. Usted se preguntará, cómo se vincula esta historia con el devenir del sistema de salud argentino.

En su origen, el sistema de salud argentino y los equipos que lo componen, lucían robustos y pujantes, creciendo hasta 2011 a tasas de inversión del 7 por ciento anual, con una cobertura médica única en cuanto a alcance, oportunidad y calidad. Aclararemos que la situación es en un país notoriamente inequitativo, donde un porcentaje cercano al 30 por ciento de sus habitantes no goza de cobertura formal y en muchos casos son incapaces de ejercer o reclamar por sus derechos, dado que simplemente los desconocen o viven en lugares alejados de las urbes y de los abogados.

Volvamos al punto ¿Qué tienen en común ambas historias? Básicamente, que los que parecen hechos aislados y producto del infortunio, forman parte de un plan organizado y sistemático orientado a perjudicar a los protagonistas y finalmente, pero no menos importante (perdón por el spoiler) es que quien luce como su protector es el responsable primario de todos sus infortunios, en este caso, desde la muerte de sus padres.

Paralelismo con el sistema de salud

Hay un claro paralelismo entonces con el sistema de salud. Desde los últimos 30 años, el Estado, responsable primario y tutor de la salud pública, ha sido el culpable de su paulatino y sostenido deterioro. Con la complicidad, por acción u omisión de buena parte de la clase política, se lanzó a la generación de normas de todas las jerarquías que lo único que han logrado es deteriorar un sistema admirado por el mundo, prueba de ello son los profesionales formados en nuestros claustros y los hospitales que introdujeron valiosos aportes a las ciencias con el consecuente beneficio para la humanidad.

Por ellos pasaron Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir, César Milstein, que obtuvieron el premio Nobel en este campo; Luis Agote, René Favaloro, Enrique Finochietto, Eduardo de Robertis, Julio César Palmaz, Eduardo Braun Menéndez, Juan Carlos Parodi, Rebeca Gerschman, Salvador Mazza, Julio Maiztegui y Eduardo Castilla, entre otros muchos. Sus aportes revolucionarios a las ciencias médicas, pasando por miles de médicos que, tanto en la Argentina como en el extranjero, completaron sus estudios y volvieron al país para tener, como hemos tenido y aún tenemos, aunque no para todos, medicina de primer nivel mundial.

El problema sanitario es de enorme complejidad y debe ser tratado con enorme profesionalidad y responsabilidad. (Foto: Adobe Stock)
El problema sanitario es de enorme complejidad y debe ser tratado con enorme profesionalidad y responsabilidad. (Foto: Adobe Stock)

Desde hace décadas, la Argentina es la meca de estudiantes de distintos países del mundo, principalmente de Latinoamérica, por un lado por su calidad formativa, sin olvidar como coadyuvantes, la gratuidad en la formación y un país con una moneda devaluada, lo que hace aún más conveniente, en términos de la renta per cápita de otros países, formarse en la Argentina.

Esta situación, positiva en sí misma, se contrapone con el hecho fáctico de que, una vez terminada su formación, muchos migran a otros países buscando, legítimamente, una retribución mejor por su trabajo profesional. Igual, se da con nuestros profesionales, que emigran buscando mejores horizontes, haciendo difícil, cuando no imposible, cubrir los cargos para residencias médicas, especialmente aquellas vinculadas con la atención primaria, base en la que debe sustentarse un sistema de salud.

Factores del sistema de salud y su desfinanciamiento

Otra demostración de las virtudes de nuestro sistema y uno de los factores de su desfinanciamiento es el modelo de atención irrestricta para personas que no viven en la Argentina, extranjeros que llegan a nuestros hospitales públicos en busca de atención de calidad y tratamientos costosos que no reciben en su país. Nuestra legislación y nuestra idiosincrasia de “puertas abiertas” hacen que con solo cruzar la frontera tengan los mismos derechos que nuestros habitantes. No solamente reciben cirugías o tratamientos complejos, sino que vuelven por el seguimiento de su enfermedad y la provisión de los fármacos, que su país no les ofrece.

Un caso paradójico es el que se da en el sistema privado. Argentinos que viven en el extranjero o extranjeros que disfrutan de rentas promedio muy superiores a las nuestras vienen a la Argentina cuando están enfermos y cursando una enfermedad que en los países donde residen no se cubre el tratamiento. Se hacen socios de una empresa de medicina privada u obra social y obtienen coberturas a las que nunca hubieran accedido, pero esta vez costeadas por los afiliados que solidariamente pagaron o aportaron al sistema y si el sistema los rechaza o les pide una supracuota por enfermedad preexistente. Obtienen cobertura a través de una medida cautelar. Fin del juego.

¿Cómo es posible que los hombres que componen el Estado, en sus tres poderes, no comprendan los efectos de sus actos y que lo único inevitable son las consecuencias? ¿Qué los hace pensar que aumentar la carga impositiva no incrementa los incentivos a evadirlos y luego a migrar buscando lugares más propicios para emprender o simplemente desarrollar la vida junto a la familia?

La Argentina destina cerca del 10 por ciento de su PBI a la salud, un número envidiable para muchos países del mundo. Lo que no se aclara es que solo el 2,8 por ciento se financia con impuestos y corresponde al gasto público y que este importe incluye los costos de su propia burocracia… o sea, no todo impuesto vuelve al pueblo en servicios.

Completan el total del gasto, hasta llegar a ese “casi” 10 por ciento del PBI, aportes y contribuciones de los trabajadores y sus empleadores, cargas al trabajo formalizado y más del 30 por ciento son pagos a la medicina privada y gastos de bolsillo puro, siendo este último el más inequitativo de todos porque es igual en término de gasto y no está relacionado con los ingresos de cada persona. Dicho de otra forma: cuanto menos se gana más se paga. La Argentina ostenta dos récords, de los que no se puede enorgullecer: tiene el gasto de bolsillo más alto y es el único país de Latinoamérica en el que este creció en los últimos 30 años.

Una conclusión sobre el sistema de salud

Una conclusión de lo antedicho sería que usted paga como mínimo tres veces por lo mismo y que hay una correlación directa entre el aumento del gasto y su pago. Otra, es que el Estado, aún con una carga impositiva del 50 por ciento aproximadamente, no brinda los servicios esenciales y por eso usted debe volver a pagar una y otra vez por lo mismo. Por otra parte, cada vez que paga por un servicio de salud, su precio incluye los impuestos propios y de toda la cadena de prestadores y proveedores.

En las últimas décadas, se produjo la mayor transferencia de responsabilidades públicas a privadas. Esto se llevó a cabo a través de un sinnúmero de leyes que otorgaban derechos (todas con el beneplácito de la sociedad y el acompañamiento multipartidario) y que incluyeron las más variadas coberturas por enfermedad o tratamiento, dinamitaron el equilibrio del sistema y son una aberración desde el concepto estrictamente sanitario, considerando que se debe partir de la concepción de un Plan Nacional de Salud, universal, solidario y equitativo, con libertad de los pacientes para poder elegir, agregando con esta elección “la competencia”, factor relevante para la mejora de los sistemas.

La Argentina es un país elegido por estudiantes de medicina de distintos países del mundo. (Foto: Adobe Stock)
La Argentina es un país elegido por estudiantes de medicina de distintos países del mundo. (Foto: Adobe Stock)

Por otra parte, esta proliferación normativa, cuasi compulsiva y de calidad dudosa genera, por el contrario, un vacío legal que nos lleva a una incertidumbre jurídica, que lo único que logra es que el sistema se encarezca, enriqueciendo a quienes se aprovechan de estos grises legales en forma espuria, sacando ventajas de sus fallas, solo pensar que el 7 por ciento del gasto en salud se destina a gasto jurídico, en el que se incluyen seguros, tasas, gastos judiciales, honorarios de peritos y abogados e indemnizaciones, sin contar todo el andamiaje que despliegan las organizaciones y los profesionales para prevenirse de las demandas.

Acciones de clase

Un párrafo aparte merecen las acciones de clase, que aprovechadas por los estudios jurídicos bajo la pátina de “Asociaciones de Consumidores”, se arrogan unilateralmente la representación de beneficiarios, hacen interpretaciones de estas normas, muchas veces sustentadas en redacciones defectuosas. Bajo ellas, se inician demandas multimillonarias para provecho propio con migajas para sus defendidos, con beneficios que no pidieron y que probablemente desconozcan, pero que pagarán con incremento del gasto, disminución del acceso, la calidad o la desaparición de las entidades a las cuales aportaron por décadas.

La teoría de los sistemas dice que estos tienden a adaptarse y ajustarse a las nuevas condiciones, la asignación insuficiente de recursos o el gasto ineficiente, se corrigen con distintas medidas, no siempre virtuosas, y esto es lo que se ve en los resultados: demora en el acceso, caída de la calidad, restricciones a los servicios, incremento de burocracia, pérdida de profesionales y cobro de sobreprecios (lícitos o ilícitos) son todas las herramientas que despliega el sistema para subsistir, pero son solo paliativos de baja calidad ante un final irremediable si no se cambia el curso.

Mientras el gasto mundial en salud creció 4 por ciento por año entre 2000 y 2015, la economía global lo hizo al 2,8 por ciento. Esto implica que el gasto en salud en ese período creció a nivel mundial un 42,8 por ciento más que la generación de riqueza.

Crecimiento de costos

Ante el crecimiento inevitable de los costos, la Argentina crea fórmulas para proteger a los beneficiarios de las empresas de medicina privada de aumentos arbitrarios, una de ellas vigente desde el año 2022. Mucho mejor que depender de los humores de funcionarios y los vaivenes de la política, es una polinómica que representa una variación de algunos precios de la economía que componen el gasto médico, pero no es el gasto médico real que sube al influjo de las nuevas tecnologías, el envejecimiento poblacional y el crecimiento de la expectativa de sobrevida o enfermedades que antes tenían resultados prontos e irreversibles, todo ello, gracias a tratamientos innovadores, generalmente de alto precio.

Además, un marco normativo de bordes porosos y la mirada benevolente de funcionarios y legisladores genera una gran incertidumbre. El problema sanitario es de enorme complejidad y por consiguiente debe ser tratado con enorme profesionalidad y responsabilidad. Como si esto fuera poco, parafraseando a los vendedores que antaño subían a los colectivos, esta fórmula les pareció excesiva y “la política” decidió crear un “régimen subsidiado” para aquellos que perciban menos de seis salarios mínimos. En este caso, después de la presentación de una declaración jurada, tendrán derecho a un ajuste relacionado con el 90 por ciento del RIPTE (indicador del crecimiento promedio de los salarios formalizados de la economía).

Con lo cual se producen innumerables eventos desafortunados:

  • Primero: los que subsidian son los propios afiliados (y no el Estado) que pagan el aumento pleno con su dinero. Ante esta circunstancia, en virtud del crecimiento del costo, disminución de la calidad o acceso tienden a migrar cual exilados de una catástrofe humanitaria, después de décadas de aportes, a otras obras sociales o empresas, pidiendo que se les otorgue cobertura ya mayores o enfermos.
  • Segundo: al producir incrementos por debajo del aumento de salarios, empujan la salida de los afiliados jóvenes de la obras sociales, impulsando una disminución de la base de sus beneficiarios, generalmente jóvenes y sanos, que son los que ayudan a sustentar los gastos de los mayores y enfermos. Se crea también así “un crecimiento ilusorio” de la medicina privada, ya que se realiza a expensas de una falla del sistema de regulación de precios.
  • Tercero: la medicina privada es un servicio de salud complejo, sin límites y sin posibilidad de rescindir contratos por incremento del consumo, lo que la diferencia groseramente de un seguro. Ahora, si fuera un seguro, lo que claramente NO es, la Superintendencia, estaría velando porque las empresas no vendan por debajo de sus costos, y las que realizan dumping, serian sancionadas (como es en el caso de las compañías de seguros) con todo rigor, porque socaban la solvencia económica de la empresa para enfrentar los eventuales y futuros siniestros.
  • Cuarto y finalmente: si, “mínimamente”, en la Argentina, el 40 por ciento de la economía es informal, acceder al sistema subsidiado es muy fácil para aquellas personas de recursos que tienen su economía no formalizada. Se produce así un fenómeno inverso al buscado, en el que los que tienen sus ingresos registrados subsidian a los que están por debajo del radar de la AFIP.

El financiador de la salud

En todo el mundo, el principal financiador de la salud es el Estado y el 60 a 70 por ciento del financiamiento de la salud es público. En la Argentina, es exactamente al revés: entre las obras sociales (gasto privado de naturaleza obligatoria, que se compone de fondos que provienen de los empleadores y de los propios empleados) es el 42 por ciento, la medicina privada (gasto privado de naturaleza voluntaria) con 15 por ciento y gasto de bolsillo otro 15 por ciento, suman el 72% del gasto total en salud, quedando un 28 por ciento para gasto público. Repasando lo antedicho, del 10 por ciento del PBI que va a salud (salud que usted tiene garantizada por la Constitución Nacional) solo el 2,8 por ciento se financia con fondos públicos. El resto es financiado con fondos privados, donde usted aporta, como mínimo dos, tres y hasta cuatro veces.

En el país de los números incompresibles para cualquier ciudadano que no viva en él, la comparación de los indicadores económicos de salud no deja de sorprender, desde la puesta en vigencia de la Ley 26682 de Regulación de la (mal llamada) Medicina Prepaga y donde el Estado, vulnerando todos los acuerdos entre privados, le transfirió a estos, una vez más, el costo del 100 por ciento de su cobertura.

Siempre se ha dicho que los incrementos de precio de las cuotas son causales del incremento del costo de vida y que por ese motivo los gobiernos intervienen para contenerlos lo cual es, como mínimo, técnicamente erróneo y, además, una falacia. La cuota de la medicina privada, según el INDEC, a nivel nacional impacta en el IPC en un 2,2 por ciento. Si tomáramos, como ejemplo, el costo de vida del año 2022 que fue 94,8 por ciento y si el aumento de la medicina privada hubiera sido 0 por ciento el costo de vida “solo” hubiera aumentado 92,6 por ciento. Una serie de eventos desafortunados o un plan estratégico para deteriorar un sector, sumados a conceptos demagógicos y desatinos de una dirigencia sin un plan nacional de salud como política de Estado.

La Salud de nuestro país se construyó desde principios de siglo, sobre el mérito de profesionales y emprendedores, en 1990 hubo un desembarco de grandes empresas multinacionales y ninguna pudo superar la propuesta existente. Hoy como en muchos otros ámbitos, solo nos queda seguir apostando a dar lo mejor de nosotros esperando un milagro.

(*) Hugo Magonza, Presidente de ACAMI, Coordinador del Equipo de Salud de la Fundación Encuentro, expresidente y Delegado Internacional de ALAMI, miembro de Consejo Directivo de la UAS y Vicepresidente de ADEMP

Fuente: www.tn.com.ar

Fuerte aumento en medicamentos, tras el final del acuerdo

En lo que va de abril, los medicamentos subieron un 10% promedio

Después de que finalizara el acuerdo sectorial el 31 de marzo pasado, laboratorios nacionales y multinacionales no perdieron el tiempo y ya aplicaron aumentos del 10% promedio en todo el país.

Así lo anticipó a BAE Negocios Rubén Sajem, directivo del Centro de Profesionales Farmacéuticos (Ceprofar), quien agregó: “En algunos casos, hubo dos listas con aumentos en abril”.

En relación con el acuerdo caduco, “los precios se mostraron parejos con la inflación, algunos laboratorios mejor que otros”, añadió Sajem. “Empezó abril y se desataron los aumentos”, dijo.

El listado de incrementos durante abril muestra un 14% para muchos medicamentos. Si se toma referencia el primer trimestre del año, las marcas más usadas de ibuprofeno subieron 23,3%; antihertensivo, 27,4% al igual que la amoxicilina y el alprazolam.

Sin excusas

“No hay motivos en la estructura de costos que justifiquen los aumentos. Los anticonceptivos tuvieron dos aumentos este mes y pasaron la inflación de los últimos meses”, expresó Sajem.

En la práctica, lo que viene sucediendo es que los laboratorios modifican los precios dos o tres veces al mes, ajustándolos luego de conocerse el índice de inflación de cada mes. La única forma de ir verificando el cumplimiento es hacer un seguimiento exhaustivo de los precios. Si bien se vienen cumpliendo parcialmente los acuerdos, la realidad indica que las marcas más usadas de medicamentos aumentaron por sobre la inflación en 2022.

La Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (Facaf) advirtió que ante el vencimiento del plazo del acuerdo con plazo previsto para el último día de marzo, el gobierno no dio detalles sobre cómo seguirán implementándose los precios de medicamentos. Después de reiterados llamados y pedidos de detalles de las cámaras asociadas la presidencia de la Facaf informó que el gobierno nacional no ofreció detalles de cuál será el camino a adoptar.

| Fuente:  www.baenegocios.com

Dengue: la ANMAT autorizó la vacuna contra la enfermedad

La vacuna aprobada por la ANMAT está destinada a personas que hayan tenido o no, dengue. La misma estará disponible en Argentina a mediados de la primavera

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso de la vacuna contra el dengue. Se trata de la TAK-003, que está indicada para todas las personas mayores de 4 años que hayan tenido o no la enfermedad. El laboratorio japonés Takeda comenzará el proceso productivo de la misma y se prevé que estará disponible en el país este año a mediados de la primavera.

Por su parte, autoridades del Ministerio de Salud de la Nación, mantuvieron un encuentro con especialistas y expertos para analizar las diferentes vacunas aprobadas o en vías de aprobación, así como estudiar las posibles recomendaciones de implementación. De la reunión formaron parte representantes del laboratorio Takeda, como del Instituto Butantan de Brasil y del laboratorio Sanofi-Pasteur, quienes presentaron una actualización de los estudios de fase III de sus vacunas.

El grupo de expertos y autoridades sanitarias consideraron que, en base a los datos presentados, ninguna vacuna cumple función de bloqueo frente a un brote de dengue como el que tiene lugar actualmente en nuestro país. En ese sentido, coincidieron en que la mejor estrategia de prevención sigue siendo la participación de la comunidad en relación al control y eliminación de criaderos de mosquitos, así como el fortalecimiento de la comunicación de las medidas de prevención para evitar picaduras y el empleo de métodos de aislamiento vectorial (repelentes, espirales, mosquiteros, etc.).

Por otro lado, señalaron que la mayor carga de enfermedad, que se traduce en sobrecarga del sistema de salud, está vinculada a las formas leves o moderadas que no requieren hospitalización. Por su parte, la tasa de mortalidad y de formas graves es baja, de modo que la incorporación de una vacuna podría pensarse para bajar la carga de enfermedad, y evitar la sobrecarga en el sistema de salud.

Finalmente, los presentes acordaron que, en enfermedades transmitidas por vectores, la vacunación no es ni debe ser la única estrategia de prevención, aun cuando pudiera contarse con vacunas eficaces, seguras y económicas.

 

Un congreso para unificar la salud provincial

Todos los sectores sanitarios se dieron cita en Mar del Plata

Nicolás Kreplak anunció un Plan Quinquenal de Salud y se trabajará hasta el viernes en la integración del sector. La situación actual del dengue y los homenajes.

 En la ciudad de Mar del Plata, durante la apertura del Congreso Provincial de Salud, Nicolás Kreplak, titular de la cartera sanitaria, indicó que “el objetivo principal de este encuentro es que la planificación y organización del sistema sea más integrada y efectiva para todos y todas”. El mega evento reúne a todos los municipios del territorio bonaerense, universidades, obras sociales, empresas de medicina prepaga y trabajadores del sector. En el cierre está prevista la asistencia del gobernador Axel Kicillof y el anuncio del Plan Quinquenal de Salud.

Queremos garantizar la información de la salud, ya tenemos más de 70 municipios con historia clínica e integración con la provincia, que desde una sala de salud se pueda sacar un turno para un hospital”, adelantó Kreplak.

El Plan Quinquenal tendrá como prioridad apoyar a los municipios con financiamiento para que funcionen en red, con la coordinación de la Provincia. Esto también facilitará la atención sanitaria de las personas que viven en lugares alejados o en municipios chicos y con pocas especialidades médicas disponibles, evitándoles viajar.

En la inauguración del Congreso Provincial de Salud también participaron el diputado nacional y ex-ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, y el director de la Zona Sanitaria VIII, Gastón Vargas. Las tres jornadas tienen más de 12 mil inscriptos; desde el miércoles 12 al viernes 14 se presentarán mil quinientos trabajos científicos junto a proyectos de integración social y relatos de experiencias. Durante la primera jornada se trabajó con l la presentación de trabajos sobre residencias como eje central.

La organización corre por cuenta del Consejo de Salud Provincial (COSAPRO), integrado por Kreplak y los secretarios y secretarias de salud de los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires. El COSAPRO busca avanzar en acuerdos y mecanismos específicos que logren profundizar la integración estructural: “Tenemos un sistema de salud que sigue muy fragmentado. Desde la pandemia, la provincia de Buenos Aires articula continuamente con profesionales y trabajadores de todos los subsistemas, que son con quienes nos vamos a encontrar este congreso, para poder ordenar acciones concretas”, señaló Kreplak.

Este jueves se realizará la asamblea del Consejo de Salud con todos los secretarios municipales del área y la participación de 20 intendentes. Los organizadores buscan que los trabajadores de la salud estén preparados para los desafíos epidemiológicos de la era (después de la pandemia) y que puedan tomar decisiones a mediano y largo plazo, pensando en las enfermedades crónicas que la población pueda tener, sin que la atención sanitaria dependa del lugar en donde el paciente resida ni el dinero que tenga.

El Dengue

Sobre la epidemia de dengue, Kreplak destacó: “Nos encontramos en el pico, que comenzó de manera tardía, con lo cual la cantidad de casos acumulados es menor a otros años, especialmente que las de 2019 y 2020 que fueron epidemias muy grandes, pero la cantidad de casos en las últimas semanas es mayor”. El funcionario manifestó que la evolución dependerá del devenir climático de los próximos días, porque “la baja de la temperatura puede ayudar.”

También se refirió a la falta de gas desde hace cinco meses del Hospital Interzonal General de Agudos Oscar Alende, que cubre las necesidades de Mar del Plata y la región: Kreplak señaló que los trabajos tienen cierta complejidad y van a demorar, “son varios procesos de obra en marcha y uno es estructural e indispensable”. Mientras tanto, se está realizando un “bypass” que permitirá el funcionamiento de una caldera para la provisión de agua caliente y calefacción.

En su primera edición, el Congreso Provincial de Salud tuvo como punto de partida la necesidad de integrar el sistema de salud provincial, por lo que en esta segunda ocasión, el objetivo es avanzar sobre la continuación del trabajo integral. Para ello, y según fuentes de la gestión bonaerense, los participantes “analizarán los problemas que ya fueron diagnosticados y buscarán, a través del diálogo, el trabajo conjunto, el intercambio de experiencias y el consenso buscar principios de solución que fortalezcan la integración del sistema y mejoren el acceso a la salud”.

Homenaje

La distribución de los espacios de trabajo del propio Congreso destaca también como una serie de homenajes a diferentes figuras. El Salón de las Américas, fue renombrado Hebe de Bonafini en homenaje a la Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, fallecida en noviembre de 2022; el salón Courrier Boulevard recuerda a Floreal Ferrara, cardiólogo de profesión y ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires en dos oportunidades, fallecido en 2010; y el Courrier Atlántico lleva el nombre de Nora Etchenique quien, además de ser sobreviviente de la última dictadura, trabajó como Directora del Instituto de Hemoterapia hasta su fallecimiento en agosto de 2020 cuando el auto en que viajaba se accidentó en la autopista La Plata-Buenos Aires.

El espacio Néstor Kirchner funciona a modo de saludo al ex Presidente; y el Boulevard 2 fue renombrado Cecilia Grierson, la recordada primera mujer en recibirse como médica en nuestro país el 2 de julio de 1889 en la Universidad de Buenos Aires.

El salón Dauphin, recordará estos días a José Poblete, un chileno que tras perder sus dos piernas en un accidente ferroviario viajó a Buenos Aires para hacer un tratamiento de rehabilitación y que, en 1971, creó el Frente de Lisiados Peronistas para participar en las acciones juveniles que reclamaban por el regreso de Perón. Poblete y su esposa que estaba embarazada fueron secuestrados torturados, asesinados y permanecen desaparecidos. Su hija Claudia recuperó su identidad el 7 de febrero de 2000.

El salón Atlántico 1 recuerda a Fernando Ulloa, un médico y psicoanalista fallecido en 2008 que supo ser discípulo de Enrique Pichon Riviére y dejó el país en 1966 tras la Noche de los Bastones Largos, cuando se radicó en Brasil. A su regreso participo en la creación de la Facultad de Psicología de la UBA y tras la última dictadura trabajó con víctimas del Terrorismo de Estado y sus familiares.

Por último, el Atlántico 2 lleva el nombre de Silvia Bleichmar, socióloga, psicóloga y escritora dedicada también a la investigación y la docencia que debió exiliarse en México después del golpe de 1976 debido a su actividad política. Bleichmar falleció en 2007.

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