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RADIO MITRE | “ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO” Entrevista al Lic. Hugo Magonza

Hoy, en el programa ALGUIEN TIENE QUE DECIRLO de Radio Mitre, fue consultado Hugo Magonza, presidente de ACAMI y miembro de la Comisión Directiva de UAS sobre el aumento de las prepagas y el riesgo que sigan los copagos según los médicos no se traslada a las prestaciones: ‘No es la medicina prepaga la que paga, son los beneficiarios que están dentro del sistema, los que con sus aportes y contribuciones y su pago adicional de bolsillo se hacer cargo de los mayores gastos’

Quién es el experto argentino que impulsa una nueva medicina: “Sanando la microbiota intestinal se pueden curar más de 90 enfermedades”

Es el médico gastroenterólogo argentino Facundo Pereyra, quien en diálogo con Infobae explicó por qué la hoy llamada medicina funcional, en un futuro cercano, permitirá conocer más sobre la conexión entre el empobrecimiento de los microorganismos de los intestinos y cura de enfermedades; desde infecciones graves hasta problemas de salud mental

Explicó a Infobae, el gastroenterólogo y autor del libro de "Reseteá tus intestinos" , el médico Facundo Pereyra: "La mayoría de nosotros no sabe que los problemas digestivos causan estragos en todo el cuerpo: afecciones en la piel, cefaleas y migrañas, sobrepeso, enfermedades autoinmunes y la lista sigue..." (Imagen Ilustrativa Infobae)
Explicó a Infobae, el gastroenterólogo y autor del libro de “Reseteá tus intestinos” , el médico Facundo Pereyra: “La mayoría de nosotros no sabe que los problemas digestivos causan estragos en todo el cuerpo: afecciones en la piel, cefaleas y migrañas, sobrepeso, enfermedades autoinmunes y la lista sigue…” (Imagen Ilustrativa Infobae)

Es bueno aprovechar el impulso de un año nuevo para ponderar e incluso reconfigurar la idea de lo que significa una nueva medicina. Que no implica dejar de lado la medicina tradicional, sino dotarla de las perspectivas en salud de los hombres y mujeres del siglo XXI. Atravesados -y atribulados- por un tiempo que nos propone vivir más, -sociedades más añosas y longevas- pero en donde falta perfeccionar, vivir más y mejor.

En esta línea de pensamiento, el médico gastroenterólogo argentino Facundo Pereyra -oriundo de la ciudad de Cipolletti, provincia de Río Negro- tiene mucho para decir; y no teme afirmar que una parte de su práctica clínica corresponde a la medicina alternativa. Todo se basa en una sólida carrera con especializaciones en los mejores hospitales del país y en el exterior; y también en lo que aprendió de su propio padre, Juan Carlos Pereyra, cirujano y gastroenterólogo y el primer endoscopista que tuvo la Patagonia, y quien fue fundamental en su formación.

A través de su enfoque médico, que incorpora la medicina tradicional con la medicina funcional, el doctor Pereyra aborda los desequilibrios de la microbiota intestinal que generan una amplia variedad de síntomas y enfermedades, relacionadas algunas con el sistema digestivo y otras no. Y aquí es donde se encuentra la originalidad de sus teorías y prácticas, que vienen generando buenos resultados en gran cantidad de pacientes.

“Nunca nadie había tratado a un paciente con enfermedades asociadas a la microbiota. Por ejemplo, nunca nadie tomó a alguien con migraña, con ansiedad, con depresión, con psoriasis, y le hizo un tratamiento dirigido a mejorar la microbiota. Eso es lo que hacemos nosotros en nuestro programa”, remarcó en un diálogo que mantuvo con Infobae el especialista en medicina interna, gastroenterología y endoscopía digestiva.

El doctor Facundo Pereyra es médico gastroenterólogo formado en la Universidad del Salvador, el Hospital de Clínicas y el Hospital Udaondo. Cree y practica en su consultorio la llamada medicina funcional, que reversiona acorde a este tiempo, la medicina tradicional
El doctor Facundo Pereyra es médico gastroenterólogo formado en la Universidad del Salvador, el Hospital de Clínicas y el Hospital Udaondo. Cree y practica en su consultorio la llamada medicina funcional, que reversiona acorde a este tiempo, la medicina tradicional

Pereyra vivenció la medicina en su propia casa y luego realizó los estudios formales en la Universidad del Salvador, donde obtuvo su título de médico. Posteriormente, realizó su residencia en el gran Hospital de Clínicas General San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires, y se especializó en Gastroenterología en el Hospital Bonorino Udaondo, centro de referencia en gastroenterología. “La mayoría de nosotros no sabe que los problemas digestivos causan estragos en todo el cuerpo: afecciones en la piel, cefaleas y migrañas, sobrepeso, enfermedades autoinmunes y la lista sigue…”

El doctor Pereyra asegura que fue su padre quien le “abrió la cabeza”. “Mi padre —contó a Infobae— veía que muchos pacientes de gastroenterología se curaban cuando iban a los médicos naturistas”, tras descubrir que “lo único que hacían era cambiarles la alimentación”, lo puso en práctica y vio que lograba “curar algunas enfermedades”.

“Cuando yo llego a mi tierra patagónica natal Cipolletti, desde Buenos Aires, de una formación muy extensa en clínica gastroenterológica, estuve más de cuatro años en el Hospital de Clínica y seis en el Hospital Udaondo, venía de una formación muy ortodoxa y todo lo que me explicaba mi padre, que le ocurría en el consultorio, no lo creía porque no estaba en ningún paper. Los médicos somos muy cientificistas, lo que no está demostrado no sirve. Pero con el tiempo empecé a ver que sí servía. Algunos pacientes me decían, ‘che, tu papá me curó de la artritis o de la depresión o de la migrañay el tratamiento que él hacía era básicamente cambiarles la alimentación”.

“Ahí descubrí una teoría que todavía hoy se la considera una medicina alternativa, pero creo que va a ser la medicina del futuro, que se llama Medicina Funcional. Y que hoy ya tiene un departamento y el epicentro está en la Cleveland Clinic, de Estados Unidos. Ocurrirá en un futuro bastante cercano y ya está teniendo resultados muy buenos, pero todavía la medicina no la acepta del todo”, manifestó. “Ya tenemos cinco papers. Son cinco abstracts que mandé a Estados Unidos. Y estamos con un trabajo muy grande que todavía no se ha publicado”, reveló Pereyra a Infobae.

“Lo que descubrió la ciencia, y nosotros estamos trabajando mucho en esto —dijo—, es que algunas personas cuando están mal de la panza están hinchadas porque comieron de más, o mezclaron alimentos”“Lo que descubrió la ciencia, y nosotros estamos trabajando mucho en esto —dijo—, es que algunas personas cuando están mal de la panza están hinchadas porque comieron de más, o mezclaron alimentos”

El especialista explicó que la idea vertebral de la Medicina Funcional es milenaria, “ya lo dijo Hipócrates hace 2300 años, el intestino puede ser fuente de enfermedades”. Esta corriente médica habla —tal como él mismo lo está haciendo ahora— de que el “intestino puede ser permeable y describe al intestino permeable como fuente de enfermedades y síntomas que asociamos a la microbiota, y es lo que vengo observando desde hace muchos años en mis pacientes”, subrayó.

“Nosotros decimos que es una medicina alternativa —agregó— porque el intestino permeable no está aún aceptado científicamente. Pero yo estoy convencido de que sí existe; porque muchos pacientes que tienen síntomas digestivos también tienen otros síntomas”.

“El intestino funciona como un filtro o barrera para controlar lo que se absorbe en la sangre, y un intestino permeable puede generar una cascada de problemas de salud. Así, el desequilibrio de la microbiota puede contribuir a enfermedades que no tienen que ver sólo con el aspecto gastrointestinal”, sino que “la microbiota funciona como un órgano endocrino, es un órgano que tiene un papel casi tan importante como el riñón o el hígado”, precisó el médico.

“Cuando la microbiota empieza a empobrecerse -baja el número de especies, de bichitos, hay menos bacterias, menos hongos, menos virus, menos arqueas- y este órgano empieza a fallar; nosotros empezamos a enfermar en forma silenciosa”, aseguró.

"El intestino funciona como un filtro o barrera para controlar lo que se absorbe en la sangre, y un intestino permeable puede generar una cascada de problemas de salud", sostuvo el experto (Imagen Ilustrativa Infobae)
“El intestino funciona como un filtro o barrera para controlar lo que se absorbe en la sangre, y un intestino permeable puede generar una cascada de problemas de salud”, sostuvo el experto (Imagen Ilustrativa Infobae)

—Doctor Pereyra, comencemos por el principio, ¿Qué es la microbiota intestinal?

—Facundo Pereyra: La microbiota intestinal convive en el intestino y genera sustancias que nos hacen bien al organismo en general. Cuanto más variada es, mejor, hay más cantidad de sustancias que ayudan a nuestra salud. Hablo de sustancias antiinflamatorias, sustancias antidepresivas, ácidos grasos que controlan la enfermedad intestinal, vitaminas y metabolitos que cada vez más la ciencia va descubriendo cómo nos benefician.

—¿Qué ocurre cuando la microbiota empieza a fallar?

—Cuando la microbiota empieza a empobrecerse baja el número de especies, hay menos bacterias, hongos, virus, arqueas, quiere decir que este órgano empieza a fallar; y empezamos a enfermar en forma silenciosa. Algo muy importante, es que “esta baja de microbiota” afecta al sistema inmunológico, porque cuando la microbiota se empobrece, hay menos bichitos, y parte de las sustancias que produce, se llaman ácidos grasos de cadena corta, en especial uno, llamado butirato, que protege la permeabilidad intestinal, se empieza a empobrecer y nuestro intestino empieza a volverse más permeable.

El intestino funciona como un filtro que deja pasar lo bueno, lo que nos nutre; y a la vez, no permite que pase lo malo, como toxinas, alimentos mal digeridos, microorganismos. Entonces ese filtro, cuando la microbiota se empobrece al haber menos ácidos grasos de cadena corta, menos butirato, empieza a haber un goteo, un filtrado, un intestino permeable.

El experto sostiene que el combo que describe para curar al intestino, al sistema inmunológico y al sistema neurológico, es una dieta de eliminación fusionada con suplementos y gestión del estrés SYNLAB/MICROBA
El experto sostiene que el combo que describe para curar al intestino, al sistema inmunológico y al sistema neurológico, es una dieta de eliminación fusionada con suplementos y gestión del estrés SYNLAB/MICROBA

En este punto, el doctor Pereyra describió los problemas derivados del mal funcionamiento de la microbiota intestinal

-Problemas digestivos, que son los más habituales, “como, por ejemplo, distensión abdominal, diarrea, constipación. Estos son los más comunes con los que todo el mundo lo asocia”, dijo.

-Los problemas derivados de un sistema inmunológico cansado o hiperactivo.

-Problemas que afectan al cerebro con diversos síntomas vinculados a la salud mental.

—¿Y qué ocurre cuando el intestino comienza a filtrar toxinas?

—Hace que afecte al sistema inmunológico que vive en gran parte en el intestino. El 70% de las células de la inmunidad -de los leucocitos- viven en el intestino, justamente para estar cuidándonos de que no entren cosas malas y nos enfermen.

Cuando el intestino se vuelve demasiado permeable el sistema inmunológico se sobrecarga y se debilita, y se genera una liberación de citoquinas que termina en lo que se llama una inflamación crónica de bajo grado. O sea, por un lado, el sistema inmunológico se deprime, porque está trabajando demasiado, el exceso de trabajo hace que se canse y haya muchas citoquinas inflamatorias, entramos en estado de inflamación crónica que genera muchos síntomas y activa muchas enfermedades.

Si bien no hay una relación directa, cada vez se habla más del concepto de inflamación de la edad. Se sabe que muchos de los eventos que precipitan la muerte y eventos de la vejez tienen que ver con que nuestro cuerpo se va inflamando
Si bien no hay una relación directa, cada vez se habla más del concepto de inflamación de la edad. Se sabe que muchos de los eventos que precipitan la muerte y eventos de la vejez tienen que ver con que nuestro cuerpo se va inflamando

En este punto, el doctor Pereyra describió una serie de infecciones y síntomas que aparecen por un sistema inmunitario cansado o, —”la otra cara de la moneda”— es el sistema inmunitario hiperactivo. “Cuando las citoquinas van a la sangre generan síntomas inespecíficos que la medicina recién ahora los está empezando a conocer y que hace años que yo vengo estudiando”, reveló.

Estos son algunos de los ejemplos de los “más de 90 cuadros clínicos” que, según dijo Pereyra, pueden curarse a través de la recuperación de la salud de la microbiota.

-Infecciones urinarias a repetición

-Distintos virus

-Faringitis a repetición

-Gastroenteritis

-Candidiasis vaginal

-Herpes

-Dolores de cabeza

-Hormigueos y adormecimientos

-Erupciones en la piel

-Picazón

-Alergias, rinitis

-Hinchazón de manos, pies y cara

-Fatiga crónica

-Adicción a las harinas del azúcar

-Dificultad para bajar de peso

-Cansancio crónico

-Dolor articular y muscular

El especialista explicó que la idea vertebral de la Medicina Funcional es milenaria, “ya lo dijo Hipócrates hace 2300 años, el intestino puede ser fuente de enfermedades” (Imagen Ilustrativa Infobae)
El especialista explicó que la idea vertebral de la Medicina Funcional es milenaria, “ya lo dijo Hipócrates hace 2300 años, el intestino puede ser fuente de enfermedades” (Imagen Ilustrativa Infobae)

-Algunas enfermedades autoinmunes pueden verse activadas o empeoradas, en especial Hashimoto, lupus, colitis ulcerosa, Crohn, artritis reumatoidea, psoriasis.

-Problemas hormonales femeninos, como síndrome de ovario poliquístico, endometriosis, los síndromes premenstruales y la infertilidad.

-Caída del cabello

-Visión borrosa

-Niebla mental

-Síndrome de las piernas inquietas

-Dolor en la planta de los pies

El intestino como “segundo cerebro”

El doctor Pereyra explicó también el por qué de la conocida frase que actualmente asegura que “los intestinos son el segundo cerebro del organismo”. “Se le dice así porque hay muchas neuronas en el intestino, hay trillones de neuronas. Los intestinos tienen la misma cantidad de neuronas que la médula espinal o el cerebro de un perro y tienen los mismos neurotransmisores que el cerebro.

El primer cerebro está conectado con el segundo cerebro por el nervio vago, que funciona como una autopista entre ambos órganos. Esa relación se ve cuando, por ejemplo, nos enamoramos y sentimos mariposas en la panza, o nos ponemos nerviosos y aparece diarrea, constipación o colon irritable.

“Lo que descubrió la ciencia, y nosotros estamos trabajando mucho en esto —dijo—, es que algunas personas cuando están mal de la panza están hinchadas porque comieron de más, o mezclaron alimentos, o comieron gluten y son sensibles al gluten, o tomaron cualquier cosa que les hace mal a la panza, esa inflamación del intestino puede generar efectos en el cerebro, como insomnio, ansiedad o depresión”.

Todo se basa en una sólida carrera con especializaciones en los mejores hospitales de argentina y en el exterior y también en lo que aprendió de su propio padre, Juan Carlos Pereyra (Imagen Ilustrativa Infobae)
Todo se basa en una sólida carrera con especializaciones en los mejores hospitales de argentina y en el exterior y también en lo que aprendió de su propio padre, Juan Carlos Pereyra (Imagen Ilustrativa Infobae)

–¿Cómo se explica ese vínculo entre el intestino y la salud mental?

—Hay muchos mecanismos que lo explican. Uno es el mecanismo de la neuroinflamación, que es el más popular. Cuando está inflamado el intestino también puede aumentar la permeabilidad por varias cosas, como por ejemplo el gluten y los lácteos en personas predispuestas, la mala dieta, los analgésicos, los antibióticos, haber sido operado de la vesícula, los cambios hormonales por el embarazo y el parto, un virus digestivo, cualquier cosa que hace que el intestino se inflame y se vuelva más permeable hace que se filtren toxinas que generan la hiperactividad del sistema inmunológico y terminan activando mucha producción de las citoquinas que son armas que tienen los leucocitos para matar al enemigo, genera la inflamación del sistema nervioso y genera insomnio, ansiedad, depresión.

Cuando está mal (enfermo) el intestino, la microbiota se empobrece, y entonces hay menos serotonina producida en las bacterias, y en consecuencia habría menos serotonina en el cerebro, que es la hormona de la felicidad, entonces nos ponemos tristes.

—¿Cómo es el tratamiento innovador que usted propone, y que en su libro dio en llamar “resetear los intestinos”?

—Lo que se necesita para poder revertir un intestino inflamado y curar el sistema inmunológico, el sistema neurológico y todos los síntomas de enfermedad que esto conlleva, es poner a descansar al intestino.

Diseñar una dieta a medida, y esto lo aprendí también de la medicina alternativa. El naturismo dice que hay que poner a descansar los órganos para que se autosanen. Entonces fusionamos la dieta FODMAP, que la dan casi todos los gastroenterólogos.

Pero a la dieta FODMAP le faltaba un poquito más porque permite avena, que tiene un poquito de gluten; carne roja, que a algunos pacientes les hace mal; permite productos deslactosados que, aunque se saque la lactosa, el paciente sigue comiendo la caseína, un producto que también es inflamatorio. Entonces, fusioné la dieta de eliminación de la medicina funcional con la dieta FODMAP.

A esto también le agregamos algunos suplementos que pueden ser útiles, siempre previa consulta médica. Usamos mucho el magnesio, el omega 3, que son antiinflamatorios, que producen cambios muy sorprendentes en muchas personas, y le agregamos prácticas de gestión del estrés para que el intestino esté lo más tranquilo posible.

El combo que yo describí para curar al intestino, al sistema inmunológico y al sistema neurológico es una dieta de eliminación fusionada con suplementos y gestión del estrés. Y en ese combo al día siete, más o menos, el paciente ya se empieza a sentir muy bien; y al día ocho o nueve ya empezamos a reintroducir alimentos y vamos agregando un alimento por día de forma controlada y viendo cuál es el alimento que genera el síntoma.

Tenemos calculado que el 20% de las personas no mejora nada con el reseteo de los intestinos. Casi siempre son personas que tienen un estrés muy severo y nosotros mismos los orientamos. Si la persona tiene demasiada ansiedad, usamos hongos adaptógenos, 5-HTP, o teanina. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Tenemos calculado que el 20% de las personas no mejora nada con el reseteo de los intestinos. Casi siempre son personas que tienen un estrés muy severo y nosotros mismos los orientamos. Si la persona tiene demasiada ansiedad, usamos hongos adaptógenos, 5-HTP, o teanina. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En muchas personas, el síntoma es retardado. Come una chocotorta hoy y la migraña tarda tres días en volver a aparecer. Hasta que no se hace este proceso de eliminar, evaluar, reintroducir y comparar, la persona no logra entender lo que le está pasando.

Luego, para mantenerlo, la clave es haber detectado antes cuáles son los alimentos perjudiciales. Una vez que se mejoraron los síntomas, se vuelve a la vida normal, pero el alimento que se descubrió que hace mal hay que eliminarlo, o tal vez, solo hay que dosificarlo.

—¿El estrés, cómo entra dentro de este esquema?

—En nuestro plan es muy importante. Por eso nosotros, para poder curar y poner a reposar el intestino, resetearlo, hay que brindarle un spa al intestino.

Por eso, no solamente le sacamos todos los alimentos que le hacen mal y le ponemos todos los alimentos que hacen bien. También hacemos todo lo posible para que el paciente esté lo más relajado posible. Le pedimos que todos los días haga ejercicio y le mandamos clases virtuales filmadas para principiantes y que todos los días medite. Y el que nunca meditó, aunque sea que haga la prueba, porque hay dos cosas activas muy importantes que podemos hacer para gestionar el estrés: la meditación y el ejercicio.

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—¿Qué ocurre cuando la persona no se cura?

—Por supuesto que hay personas que no se curan con el reseteo. Tenemos calculado que el 20% de las personas no mejora nada y casi siempre son personas que tienen un estrés muy severo y nosotros mismos los orientamos, le damos un seguimiento, tenemos un protocolo. Por ejemplo, si la persona tiene demasiada ansiedad, le damos tratamiento para la ansiedad, usamos hongos adaptógenos, 5-HTP, teanina o mandamos al paciente a un médico que le dé un neuromodulador si hace falta.

—¿Superar las enfermedades derivadas del mal funcionamiento de los intestinos está vinculado con aumentar la longevidad?

—Si bien no hay una relación directa, cada vez se habla más del concepto de inflamación de la edad. Se sabe que muchos de los eventos que precipitan la muerte y eventos de la vejez tienen que ver con que nuestro cuerpo se va inflamando, el sistema inmunológico se pone hiperactivo. No necesariamente por un intestino permeable, sino también por el paso de la edad. Ahí hay muchos factores, puede ser la mala dieta, un intestino permeable, sedentarismo, obesidad, estrés crónico, alcoholismo, tabaquismo. No hay una relación muy directa estudiada por la ciencia entre intestino inflamado y permeable y longevidad, pero los conceptos son muy similares se debe gestionar el estrés, hacer una dieta saludable y ejercicio.

| Fuente: www.infobae.com

Hugo Magonza: “Vamos a ver si podemos recuperar precios para el futuro para poner en equilibrio el sistema de salud”

 

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Lunes, 25 Diciembre 2023 20:27

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“No dejamos a nadie solo”. La inspiradora historia de Mater Dei, el sanatorio “de las monjas” que humanizó la medicina argentina

La hermana Mercedes llegó a Sanatorio Mater Dei en 1979. “Recién salida del noviciado”, agrega. Es Licenciada en Enfermería y participa en el Comité de Ética en Investigación de la Academia Nacional de Medicina. Entre otras habilidades, tiene el don de saber contar. “Le conté esta historia a Mirtha Legrand mientras esperaba su turno con un kinesiólogo. Cada tanto venía el médico y Mirtha le decía ‘venga después que me está contando la hermana’ (ríe). Me acuerdo que ella me decía: ‘Yo me casé enfrente, en San Martín de Tours (nota de la redacción: en mayo de 1946), y acá no había nada. Se empezaba a construir. Yo le decía a mi marido ¿qué van a hacer ahí?’. Porque si usted ve las fotos de la inauguración, al lado del hospital no había nada, era un terreno baldío donde estacionaban los autos”, recuerda.

Mirtha Legrand, el día de su casamiento, en 1946, en la iglesia San Martín de Tours. "Yo le decía a mi marido, ¿qué estarán construyendo allá enfrente?", recordaría luego. Se refería, claro, a la construcción del sanatorio de La Pequeña Compañía.
Mirtha Legrand, el día de su casamiento, en 1946, en la iglesia San Martín de Tours. “Yo le decía a mi marido, ¿qué estarán construyendo allá enfrente?”, recordaría luego. Se refería, claro, a la construcción del sanatorio de La Pequeña Compañía.
Un recorte de La Prensa del 21 de agosto de 1946 que anuncia la colocación de la piedra básica o fundamental del nuevo sanatorio de la Pequeña Compañía de María, que luego sería Mater Dei
Un recorte de La Prensa del 21 de agosto de 1946 que anuncia la colocación de la piedra básica o fundamental del nuevo sanatorio de la Pequeña Compañía de María, que luego sería Mater Dei

Un viaje transatlántico

La historia del Mater Dei comienza a fines del siglo XIX, en algún lugar del Atlántico, entre Inglaterra y los Estados Unidos. En misa de la mañana, en un buque de pasajeros, las hermanas de la comunidad irlandesa The Little Company of Mary conocen a una pasajera argentina, Margarita Money de Morgan, que viajaba con su hija. Aquel encuentro es el rastro más remoto del sanatorio.

Continúa Mercedes, una de las 96 Hermanas de María de Schoenstatt en la Argentina: “Cuando el barco llegó a los Estados Unidos, la chica enfermó. Su madre llamó a las monjas que había conocido en el viaje, que eran enfermeras, para que la cuidasen. La cuidaron ‘de veinte’, pero la chica murió igual. La señora construyó un hospital en su memoria, en San Antonio de Areco, donde tenía tierras, y llamó a las hermanas de La Pequeña Compañía para que lo manejasen. Fue tan insistente que las convenció. Las primeras hermanas se instalaron en el país alrededor de 1913. En poco tiempo pusieron en marcha el hospital María Clara Morgan. Pero dos años después se dieron cuenta de que no tenían posibilidades de crecimiento allí, ya que no tenían vocaciones (N. de R.: a las aspirantes a monjas, con vocación de consagrar su vida a Dios). Antes de marcharse, entregaron su hospital a otra comunidad religiosa que tuviera una veta parecida, las hermanas de San Camilo. El edificio aún existe, pero ya no es hospital: las hermanas de San Camilo, que tienen esta doble misión de cuidar a los enfermos y a los ancianos, lo transformaron en una residencia para personas mayores”.

Antiguo hospital María Clara Morgan, en San Antonio de Areco. Fue el primer destino de las hermanas irlandesas de La Pequeña Compañía
Antiguo hospital María Clara Morgan, en San Antonio de Areco. Fue el primer destino de las hermanas irlandesas de La Pequeña Compañía
La hermana Teresa, licenciada en Comunicación Social, junto a la hermana Mercedes, licencia en Enfermería (Foto: Irene Robert - Gentileza Sanatorio Mater Dei)
La hermana Teresa, licenciada en Comunicación Social, junto a la hermana Mercedes, licencia en Enfermería (Foto: Irene Robert – Gentileza Sanatorio Mater Dei)

Las hermanas de La Pequeña Compañía se mudaron a Buenos Aires, donde pensaron que encontrarían más recursos y vocaciones. Armaron su primer hospital porteño en un petit hotel sobre la actual Avenida Del Libertador, a la altura de Lafinur. Pero al poco tiempo, gracias a donaciones de la comunidad irlandesa, compraron el predio de la calle San Martín de Tours. Sobre el terreno pelado, porque no había ni una casa, construyeron un edificio de cuatro pisos que fue bendecido por el Cardenal Santiago Copello el 13 de octubre de 1953.

Antigua fachada del Sanatorio Mater Dei, cuando no se había construido el quinto piso, donde hoy viven 8 Hermanas de Schoenstatt
Antigua fachada del Sanatorio Mater Dei, cuando no se había construido el quinto piso, donde hoy viven 8 Hermanas de Schoenstatt

Permanecieron en el país hasta 1975. En 22 años tuvieron una sola vocación, ‘sister’ Antonieta. Como quedaban muy pocas hermanas, casi todas mayores, la dirección decidió retirarse de la Argentina. Antes debían definir qué harían con el sanatorio.

Hicieron una especie de convocatoria a todas las comunidades religiosas para ver quién quería continuar su obra. Ninguna se mostró interesada. Las hermanas de San Camilo respondieron, agradecidas, que ya tenían suficiente con el sanatorio de Areco. Otras se excusaron diciendo que se dedicaban “a la Educación”. Desde la sede de las Hermanas de María de Schoenstatt, en Florencio Varela, fueron contundentes: ‘No, gracias. No gerenciamos ningún hospital en el mundo. Trabajamos como enfermeras, pero no nos hacemos cargo de ninguna institución’, argumentaron.

“Insistieron tanto que las superioras de nuestra comunidad vinieron a conocer el sanatorio. ‘¿Y ahora? ¿Qué les parece?’, les preguntaron. ‘No, menos todavía. ¿Qué vamos a hacer en semejante monstruo? Es demasiado grande para nosotras’, respondieron. Desde nuestra casa Madre, en Alemania, apoyaron la decisión: ‘No gerenciamos sanatorios en ningún lugar del mundo’”, insiste la hermana Mercedes.

El primer grupo de Hermanas de Schoenstatt que llegaron al sanatorio. La foto fue tomada durante un paseo q hicieron a orillas del Rio de La Plata por la zona de san Isidro, en el año 1977
El primer grupo de Hermanas de Schoenstatt que llegaron al sanatorio. La foto fue tomada durante un paseo q hicieron a orillas del Rio de La Plata por la zona de san Isidro, en el año 1977

La voz de Dios

Entonces, en medio de tanta confusión, actuó la Divina Providencia. La hermana Úrsula había comenzado a transcribir las conferencias que dio el padre Josef Kentenich durante sus visitas a la Argentina. El fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt había fallecido poco antes, en 1968, y querían pasar en limpio su mensaje, que había sido escritos en alemán y con letra de taquigrafía. De pronto, Úrsula descubrió que en una de esas conferencias, el fundador dijo, palabras más o menos, ‘me gustaría que nuestra comunidad en Buenos Aires tuviese un sanatorio, un colegio y una universidad’. En ese momento no tenía ninguna de las tres cosas.

La hermana Mercedes es enfermera y una de las más importantes referentes en bioética de la Argentina. Llegó a Mater Dei en 1979 (Foto: Irene Robert - Gentileza Sanatorio Mater Dei)
La hermana Mercedes es enfermera y una de las más importantes referentes en bioética de la Argentina. Llegó a Mater Dei en 1979 (Foto: Irene Robert – Gentileza Sanatorio Mater Dei)

“Cuando encontraron aquél texto, escribieron a Alemania para contarle a los responsables de la Dirección General. Claro, desde allá respondieron: ‘Si lo pidió el fundador y ahora justo nos están ofreciendo un hospital… ¿no será una voz de Dios? Hay que ver cómo hacer esa transición, porque nosotras no tenemos dinero’. Este edificio tenía cuatro pisos, porque el quinto lo hicimos nosotras. Tenía un montón de personal, más de 300 personas. Hablaron con las hermanas de La Pequeña Compañía y les preguntaron por las condiciones. ‘Si ustedes se quedan, les donamos el edificio. Lo único que les pedimos es que paguen las cuentas que están en rojo’. El sanatorio estaba en una situación económica muy comprometida. El administrador propuso convocar a los acreedores y se comprometió a ayudarnos a arreglar las cuentas. Así, el 15 de septiembre de 1975, nos hicimos oficialmente cargo del sanatorio. Nosotras lo tomamos como una fecha providencial, porque el 15 de septiembre es también el fallecimiento de nuestro fundador”.

Josef Kentenich, padre fundador del Movimiento de Schoenstatt
Josef Kentenich, padre fundador del Movimiento de Schoenstatt

Mater Dei… ¿Día de la madre?

El cambio de “dueños” derivó en un obligado cambio de nombre. La hermana Teresa, licenciada en Comunicación Social, actualmente a cargo de la Dirección de las Hermanas del sanatorio, explica: “El nombre que tenía el sanatorio era exactamente el de la otra comunidad, La Pequeña Compañía de María. Tuvimos que buscar otro. Pensamos en ponerle Schoenstatt, pero nos dimos cuenta de que iba a ser muy difícil para la Argentina. Schoen significa ‘hermoso’ y statt quiere decir ‘lugar’. Schoenstatt es, justamente, un ‘hermoso lugar’, donde está el santuario en Alemania.

Una imagen histórica: el "carro cunero", en la maternidad de Mater Dei
Una imagen histórica: el “carro cunero”, en la maternidad de Mater Dei

Pensamos en un atributo de la Virgen. ¿Y cuál es el principal atributo de María? Fue tan privilegiada por ser madre de Dios… Entonces lo bautizamos Mater Dei, que quiere decir Madre de Dios en latín. Al principio hubo quienes pensaban que era un nombre en inglés que, mal pronunciado, quería decir ‘Día de la Madre’. Así nos hicimos fama de maternidad, cuando somos un sanatorio con todas las especialidades. Además, le tuvimos que pedir permiso a la clínica Mater Dei de La Plata donde, casualmente, habían trabajando antes nuestras hermanas”.

Cuando las Hermanas de Schoenstatt empezaron su gestión, 300 personas trabajaban en Mater Dei. Hoy tienen más de 1100 empleados directos y 150 camas de internación.

La maternidad de Mater Dei actual (Foto: Irene Robert - Gentileza Sanatorio Mater Dei)
La maternidad de Mater Dei actual (Foto: Irene Robert – Gentileza Sanatorio Mater Dei)IRENE ROBERT

Religiosas y profesionales

En general, las hermanas de Schoenstatt, acá y en el resto del mundo, después de recibir los hábitos, estudian una carrera universitaria. Están consagradas a Dios y son profesionales. Hay muchas enfermeras, pero también médicas, contadoras, licenciadas en comunicación o administración de empresas. “En Alemania tenemos una hermana que es jueza”, añade Mercedes.

Las 96 hermanas de María de Schoenstatt en la Argentina están distribuidas por todo el país. Ocho viven en el quinto piso del Mater Dei. Allí, el día comienza a las 5 de la madrugada. “A esa hora tenemos oración personal y tratamos de celebrar misa a la mañana, para empezar el día con la fuerza de Jesús en la eucaristía. Desayunamos juntas y después cada una va a su ámbito. A las 7 de la mañana, el turno noche nos pasa las novedades de los pacientes internados”, cuenta la hermana Teresa.

La hermana Marleen es la más antigua en el sanatorio. Tiene 86 años. Nació en Alemania y en 1965 fue enviada a misionar a Buenos Aires. Su primer trabajo en el país fue colocar inyecciones a domicilio. Iba de casa en casa en una moto Vespa. Durante 40 años, dirigió la enfermería (”y prácticamente todo el sanatorio”, aseguran) de Mater Dei en el turno noche.

Las hermanas de Schoenstatt tienen una espiritualidad específica. Continúa Teresa: “La base de nuestra espiritualidad está en una consagración total a la Virgen. Tenemos una alianza de amor donde yo le entrego mi corazón a la Virgen, con todos mis intereses y mis preocupaciones, y la Virgen me entrega su corazón y también todos sus intereses. Y su mayor interés es que todos encuentren a Jesús, ¿no?”.

Desde su fundación, Mater Dei estuvo dirigido por una religiosa. En 2015, por primera vez, decidieron delegar la responsabilidad en un director profesional, el licenciado Enrique Camerlinckx.

Enrique Cammerlinckx es el primer director laico del sanatorio. Hasta 2015, su cargo siempre había sido ocupado por religiosas. (Foto: Irene Robert - Gentileza Sanatorio Mater Dei)
Enrique Cammerlinckx es el primer director laico del sanatorio. Hasta 2015, su cargo siempre había sido ocupado por religiosas. (Foto: Irene Robert – Gentileza Sanatorio Mater Dei)IRENE ROBERT

Humanidad, la mejor medicina

Hay dos hechos insoslayables en la historia de Mater Dei que tuvieron impacto directo en la medicina argentina. “Fuimos el primer sanatorio del país que permitió que los pacientes en terapia intensiva pudiesen estar acompañados durante las 24 horas”, recuerda con mucho orgullo la hermana Mercedes.

El segundo hito sucedió hace apenas tres años, cuando comenzó la pandemia de covid-19. Cuenta Camerlinckx: “Seguíamos todos los protocolos y veíamos que los pacientes morían en soledad. Entonces las hermanas me dijeron: ‘Acá no vamos a dejar que los pacientes se mueran solos’. Y armaron un equipo de contención, con psicólogos y psiquiatras, con el equipo de terapia intensiva, y permitieron que los pacientes graves con covid pudieran recibir alguna visita. Con todas las medidas de seguridad, que no sabíamos si alcanzaban. Esto se hizo desoyendo una ley que decía, en otras palabras, que nadie podía acercarse a un paciente con covid. La bandeja de comida se tenía que dejar en la puerta… ¡Un disparate! Fue tan exitoso lo que hicimos y generó una tranquilidad tan grande en la comunidad que después el Ministerio de Salud nos copió el protocolo. Ahí volvimos a tomar conciencia de que el principal atributo del Mater Dei es el acompañamiento. Que la enfermedad no se cura solo con técnica quirúrgica, sino que la contención es clave para cualquier tratamiento”.

"Amor es servicio", uno de los lemas escritos en las puertas de Mater Dei (Foto: Irene Robert - Gentileza Sanatorio Mater Dei)
“Amor es servicio”, uno de los lemas escritos en las puertas de Mater Dei (Foto: Irene Robert – Gentileza Sanatorio Mater Dei)
El altar, en Sanatorio Mater Dei, y la imagen de María de Schoenstatt (Foto: Irene Robert - Gentileza Sanatorio Mater Dei)
El altar, en Sanatorio Mater Dei, y la imagen de María de Schoenstatt (Foto: Irene Robert – Gentileza Sanatorio Mater Dei)IRENE ROBERT

El sueño de la expansión y los tan necesarios benefactores

Mater Dei es, legalmente, una asociación civil sin fines de lucro. Su mayor beneficio tributario es que no paga el Impuesto a las Ganancias. “Pero no tenemos ganancias -dice Camerlinckx-. Solo con lo que cobramos de las prepagas y por ventanilla, sería imposible seguir trabajando. La calidad cuesta plata, no queremos bajar los indicadores de satisfacción. Mater Dei no depende de ninguna prepaga, no nos llegan derivados de ninguna obra social. La gente viene porque nos elige. Es un sanatorio de mucho prestigio, que pone el foco en la calidad y la satisfacción del paciente”, dice Camerlinckx.

El sanatorio se sostiene, principalmente, con la ayuda de sus benefactores. Se trata de un grupo de 1200 personas, entre los que están algunos de los empresarios más importantes del país, que donan todos los meses o en campañas específicas. Incluso, en el sitio web del sanatorio, en un lugar destacado, hay una botón que dice “¿Cómo donar?”.

Así quedará el Sanatorio Mater Dei una vez finalizado el proyecto de infraestructura.
Así quedará el Sanatorio Mater Dei una vez finalizado el proyecto de infraestructura.

Detalla Camerlinckx: “Tenemos un evento anual, que no es de recaudación típico, sino que es de fidelización. Una vez al año hacemos una comida en Puerto Madero, donde nos donan el lugar. Vendemos mesas a los proveedores e invitamos a los benefactores, para presentarles la campaña anual. Este año estuvimos con el reequipamiento, que requirió juntar dos millones de dólares. Por otro lado, tenemos un proyecto grande, a 10 años, para modernizar la infraestructura del sanatorio. Acá al lado tenemos una casa, donde funciona la guardia de pediatría, que había donado Eduardo Eurnekián hace 9 vaños. Donde está esa casa vamos a construir una torre de 8 pisos que se va a ir integrando a la infraestructura del sanatorio. Es una obra por demás compleja ya que hay que hacerla con el sanatorio funcionando. La primera etapa, solamente, requiere 10 millones de dólares. Afortunadamente contamos con otra donación de la Fundación Corporación América, de Eduardo Eurnekian y familia, que la hace mensualmente. En breve queremos hacer la licitación, la idea es a partir de marzo comenzar la construcción de toda esta etapa de modernización del sanatorio”.

Frente actual del Sanatorio Mater Dei, en San Martín de Tours 2952
Frente actual del Sanatorio Mater Dei, en San Martín de Tours 2952

“No te dejan morir”

Dos de los tres deseos de Josef Kentenich, el fundador, ya fueron cumplidos por las hermanas de Schoenstatt en Argentina: tienen su sanatorio, Mater Dei, y un colegio en San Cristóbal, Mater Ter Admirabilis.

La historia de Mater Dei se puede contar de mil maneras. También a través del testimonio de sus pacientes, conmovedores y llenos de gratitud. Mirtha Legrand, que participó en la última cena de fidelización, atravesó distintos momentos de su vida en el sanatorio. Frente a los benefactores, tomó el micrófono y a sus espléndidos 96, concluyó: “En este sanatorio no te dejan morir”.