Cada año se diagnostican en Argentina 115.000 nuevos casos
Cuando aparece, el cáncer atraviesa todas las esferas de la vida de una persona, la más íntima y personal, la familiar, la social, la laboral y la ciudadana. Este grupo de enfermedades impacta además en la economía y en el desarrollo de un país, por eso se vuelve indispensable abordarlo en forma transversal y multidisciplinaria.
En la Argentina, cada año se diagnostican 115.000 nuevos casos de cáncer, distribuidos en partes iguales entre hombres y mujeres. Y uno de los más grandes problemas es que aún existe demasiada variabilidad en los tiempos de acceso al diagnóstico, al tratamiento y en la sobrevida, lo que provoca que una de cada cinco muertes en nuestro país sea por cáncer.
“Argentina ocupa el séptimo lugar en la región en incidencia de enfermedades oncológicas, pero el tercero en mortalidad”
Por estas razones, y con el objetivo de mejorar la detección temprana y el acceso al tratamiento, el Instituto Nacional del Cáncer (INC) está a punto de desarrollar el Plan Nacional del Cáncer, un proyecto que cuenta con la supervisión del National Cancer Institute de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un ejemplo claro del mejoramiento de la aparatología, destacó Ismael, será el cambio de los mamógrafos en el sector público, donde el 70% de los aparatos son analógicos, una tecnología que se considera obsoleta y que debe ser actualizada a parámetros digitales.
También manifestó que es necesario mejorar el acceso a cuidados paliativos de calidad para los pacientes.
“Queremos darle un carácter intersectorial al trabajo que desde el Instituto Nacional del Cáncer venimos haciendo, donde se involucren sectores gubernamentales, sociedades científicas y civiles, para trabajar en conjunto”, destacó la especialista.
“Los tumores de mayor incidencia en nuestro país son cáncer de mama, colon, pulmón, próstata y cervicouterino. Existen diferencias de incidencia a través de las diferentes provincias y regiones de Argentina. Y la distribución desigual en mortalidad a lo largo de nuestro país se explica debido al elevado número de diagnóstico tardío de la enfermedad, en el cual las posibilidades de curación disminuyen notablemente”, comentó a Infobae.
Por ejemplo, en el caso del cáncer cervicouterino, que es causado por la infección del Virus de Papiloma Humano (VPH), a pesar de que existen métodos de prevención altamente efectivos en Argentina, es el segundo cáncer más diagnosticado en mujeres entre 35 y 64 años. Cada año, se diagnostican alrededor de 5 mil casos nuevos y mueren 1.800 mujeres por esta enfermedad.
En Argentina, alrededor del 30% de los tumores se diagnostican en estadios avanzados, lo que sugiere falencias para detectar tempranamente la enfermedad y barreras en el acceso a un cuidado oportuno. En cuanto al cáncer colorrectal, cuando se diagnostica, en más del 60% de los casos, la enfermedad ya se encuentra avanzada y este es el principal factor que influye en la sobrevida.
“En relación al cáncer de mama y de cuello de útero vemos una mayor mortalidad según el índice de desarrollo humano (IDH) de cada zona geográfica. Uno de los principales determinantes de esta situación es el acceso reducido a la detección, especialmente entre mujeres en condiciones de vulnerabilidad. La evidencia muestra que para acceder a la prueba de Papanicolau (PAP), mujeres vulnerables enfrentan barreras sociales, geográficas y culturales, así como obstáculos relacionados con el funcionamiento del sistema de salud”, completó Ismael.
De las tasas de incidencia de cáncer reportadas por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) se desprende que en Argentina hay aproximadamente 115 mil nuevos casos de cáncer al año.
Los tumores de mama, próstata, colon y recto, pulmón y cuello uterino son los cinco tipos más frecuentes, tanto en incidencia como en mortalidad, y juntos dan cuenta del 52% de los tumores del país. La ciencia avanzó y mejoró la sobrevida de los pacientes: hoy, más de la mitad vive a cinco años del diagnóstico.
De todos modos, en nuestro país persisten inequidades. “Lamentablemente, las muertes tempranas debidas al compromiso de la enfermedad o a su estadio avanzado a veces obedecen a complicaciones relacionadas con la demora en el diagnóstico. En otros casos, el problema radica en que los centros no pueden manejar estas complicaciones en tiempo y forma, tanto por falta de recursos estructurales como de personal”, puntualizó el doctor Ricardo Mastai, director médico de PAMI, institución con 5 millones de beneficiarios, donde cada día se diagnostican 60 nuevos casos de cáncer y que en la actualidad brinda en forma totalmente gratuita la medicación oncológica a más de 79 mil pacientes.
Tal como refirió el doctor Daniel Alonso, director científico del Laboratorio de Oncología Molecular de la Universidad Nacional de Quilmes, el cáncer es un grupo de enfermedades relacionadas, pero que difieren mucho: “Eso ocasiona que la forma de prevenir, diagnosticar y tratar cada cáncer sea diferente. Más del 80% de los casos estudiados de cáncer se vinculan con hábitos de vida y factores que tienen que ver con el ambiente. Por lo tanto, podría decirse que ocho de cada diez casos serían potencialmente prevenibles, o detectables en etapas tempranas de la enfermedad, si se tomaran las medidas adecuadas. Hay un gran trabajo por delante en esta línea”.
“El acceso al tratamiento oportuno transforma en curable a la mitad de los casos de cáncer. Además, un 20 por ciento -aunque incurable- puede ser cronificado. Ante este panorama, lograr que todos accedamos a un diagnóstico a tiempo y al tratamiento apropiado es todavía una cuenta pendiente“, agregó el doctor Alonso, quien también es investigador del CONICET.
Determinadas características inherentes a nuestro sistema de salud, como la federalización, fragmentación, segmentación y el uso -en ocasiones ineficiente- de recursos económicos, determinan una falta de acceso al mejor tratamiento posible, en especial fuera de los grandes centros urbanos. Se necesita saber cuánto dinero se invierte en prevención y control del cáncer para elaborar mejores políticas públicas y reducir la mortalidad.
Respecto de la formación de especialistas, el doctor Matías Chacón, médico oncólogo y presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), reconoció que aunque contamos con posgrados y la certificación de los profesionales, todavía no hay una regulación específica acerca de la especialización. Además, describió que en las carreras de pregrado en las facultades de Medicina no existe aún una materia individual que se llame “Oncología”, sino que el tema cáncer sigue estando inserto dentro de las demás especialidades.
Sin dudas, la problemática del cáncer debería ser tomada como política de Estado. Se ven esfuerzos contundentes, como fue la creación del Instituto Nacional del Cáncer en 2009, pero todavía queda mucho por hacer. Desde la Academia Nacional de Medicina insistieron en que solamente pueden conseguirse resultados óptimos si se alinean las acciones de todos los actores involucrados en su abordaje.
Trabajando en conjunto, se puede:
⦁ Identificar los derechos vulnerados.
⦁ Implementar campañas de concientización efectivas.
⦁ Mejorar los tiempos de diagnóstico.
⦁ Favorecer el acceso al mejor tratamiento disponible.
⦁ Fijar y monitorear estándares de calidad para la atención de pacientes.
⦁ Establecer plataformas para asesorar y dar sostén emocional a pacientes y familiares.
Con el compromiso de los ciudadanos y una sociedad informada acerca de la salud y de cuáles deben ser las prioridades, es más factible que se resuelvan los problemas.
Tanto el Gobierno, con sus tres poderes, como otros actores, tienen la oportunidad de garantizar derechos y evitar las barreras que hoy impiden a muchos pacientes acceder a los cuidados que necesitan.
|Fuente: Infobae – 28/08/2018