La pandemia por coronavirus sigue escribiendo sus páginas y transita un nuevo capítulo a través de una segunda ola, sobre todo en países europeos del hemisferio norte. De todos modos, si bien falta para poder realizar un balance certero de lo que dejó a su paso en nuestro país, algunas cifras empiezan a vislumbrar las consecuencias que este virus producirá, por ejemplo, en el manejo de enfermedades crónicas preexistentes.
Convocados por la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), los hospitales Británico, Alemán, Italiano, Austral, la Fundación Favaloro y Fleni cotejaron sus estadísticas sobre el descenso de consultas y controles entre este abril y septiembre con los del mismo período de 2019 y se unieron para transmitir un mensaje sobre la importancia de retomar controles de salud y no postergar el manejo de enfermedades crónicas, ni las emergencias, porque “se puede retroceder 30 años en el camino hacia el mejor manejo de estas enfermedades”, afirmaron.
Difundieron con preocupación el dramático descenso que se dio este año, con valores promedio de disminución en las consultas que oscilaron en el 35% para las oncológicas, 40% las gastroenterológicas, 54% las ginecológicas, 52% las cardiovasculares y 36% las cerebrovasculares. Según la patología y la institución, los descensos oscilaron entre el 50 y el 90%, lo que permite esperar que la mortalidad y la morbilidad prevenibles para 2021 sufran un incremento significativo.
Esta preocupación de los centros de salud se alinea con la campaña #LosControlesSonSeguros #TuSaludesEsencial, organizada por CAEME, a la que adhirieron (y mantienen su postura y preocupación) 28 sociedades médicas referentes de especialidades diversas, todas conscientes de las consecuencias que la baja de consultas podía representar en el manejo de la salud de las personas, tanto en términos de diagnóstico a tiempo, como de adherencia terapéutica y el abordaje de cuadros de emergencia.
La actual propuesta de los centros de salud da un paso más y pone sobre la mesa las cifras concretas de los descensos que experimentaron instituciones reconocidas.
“Ahora entendimos todos que este virus vino -en mayor o menor medida- para quedarse. Esto hace que la gente, más vale antes que tarde, tenga que volver a la consulta médica. Hay muchos controles que son parte de la medicina preventiva que evita mayores complicaciones, reduce tratamientos y costos”, sostuvo el Dr. Manuel Rocca Rivarola, Jefe del Departamento Materno Infantil del Hospital Universitario Austral.
La consigna “quedate en tu casa” debió haber sido “salí sólo lo estrictamente necesario y cuidando tu salud con todas las medidas preventivas”, remarcaron.
Las cifras totales son contundentes, pero comparando mes a mes, se observa que, en abril y mayo, que eran los meses en que se tenía más respeto a las normativas de circulación y miedo al contagio, los descensos fueron súbitos, y luego el promedio fue mejorando en los últimos meses.
“Los médicos estamos muy preocupados por la interrupción que se dio en el seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas, lo que impacta directamente en su evolución y pronóstico. En el caso de Fleni, las consultas a nuestra Unidad de Emergencias por accidente cerebrovascular (ACV) bajaron a la mitad entre marzo y mayo de 2020, comparado con 2019. Las consultas ambulatorias de Neurología y Neuropediatría tuvieron un descenso del 85% en abril, 50% en junio, y 40% en julio. La actividad de internación también bajó un 50% en ese período”, aseguró el Dr. Claudio Pensa, Director Médico de Fleni.
Desatender o subestimar las emergencias fue un problema. Se vio en el descenso de los casos de atención de ACV e infarto, pero también en cuadros presumiblemente menos severos. Hubo dolores abdominales por apendicitis que se hubieran resuelto con una cirugía menor y 24 horas de internación, pero la demora en la consulta desencadenó peritonitis que requieren 15 días de internación y otro nivel de complicaciones.
“Desde el inicio de la pandemia, los hospitales nos hemos adecuado para asistir a las personas que fueron afectadas por coronavirus, sin descuidar la atención del resto de enfermedades. Implementamos medidas de seguridad para pacientes, familiares y para el propio personal”, explicó el Dr. Matías Fosco, Director Médico de la Fundación Favaloro.
En Fundación Favaloro cayeron entre el 40 y el 65% las consultas a los servicios de emergencias, las internaciones por cuadros cardíacos o cerebrovasculares agudos, las intervenciones cardiovasculares, cirugías generales y endoscopias. Todo ello, aun cuando los servicios estaban operativos y la capacidad no estuvo superada por cuadros de COVID-19”, sostuvo el Dr. Fosco.
En el Hospital Universitario Austral dispusieron un esquema de telemedicina para consultas virtuales, que llegó a representar el 30% del total de consultas: “es una muy buena alternativa de atención en el contexto de seguimiento de pacientes. Sin embargo, en el caso de la atención pediátrica, por ejemplo, es necesario cierto formato presencial para revisar al paciente adecuadamente, y controlar –entre otros- determinados parámetros del crecimiento como la evolución del peso y de la talla del niño”, sostuvo el Dr. Rocca Rivarola.
“Consideramos que, a partir de la fase 0 y del aislamiento preventivo, el temor fue grande en la población, influido por lo que se veía en otros países, donde la única enfermedad mortal parecía ser el COVID-19, sin importar si había un dolor de pecho, un ACV, una patología oncológica previa, no importaba nada, había que quedarse en casa”, remarcó el Dr. Pensa.
En la actualidad, estos hospitales hacen un nuevo llamado al respecto, porque, aunque han bajado los contagios, al menos en AMBA, las cifras de consultas no han retornado a los niveles habituales y llegar tarde a cualquier diagnóstico o control supone mayores complicaciones para tratar al paciente, abordaje más complejo, peor pronóstico y mayores costos para el sistema de salud. Una segunda ola de COVID, como la que experimenta Europa, podría acentuar esta situación
Cuando se analicen las cifras de mortalidad del año 2020, seguramente habrá un descenso en las muertes por accidentes de tránsito, pero habrán aumentado los fallecimientos por enfermedades agudas y crónicas”, concluyó el Dr. Pensa.