CÓRDOBA.- Después de la devaluación posterior a las PASO se agudizó la escasez de insumos y equipamiento médicos que ya venía registrando el sector salud. Las advertencias de los actores involucrados -sea de importadores como de asociaciones médicas- se multiplicaron, pero hasta ahora no hay una solución. Por la diversidad de posiciones arancelarias, no hay una cuantificación de cuánto importa el segmento, pero los expertos coinciden en que es una “suma marginal” en relación a lo que requiere la producción. Más allá de lo económico, lo que está en juego es la salud de la población y hasta la vida de muchos pacientes. El martes, según las cámaras, el Gobierno aseguró que están “garantizados” US$100 millones disponibles para pagar deudas.
Distintas fuentes consultadas por LA NACION coincidieron en que los insumos y equipamiento faltan no sólo porque hay demoras en la autorización de los permisos de importaciones (SIRA) sino porque está cortada la cadena de pagos internacional. “Los proveedores no quieren vender sino que están los dólares para cobrar”, resumen. No hay judicialización del tema por parte de las empresas.
Por ejemplo, seis de las sociedades científicas vinculadas a cardiología manifestaron su “preocupación” por la “disminución” en la disponibilidad de “contraste”, un insumo clave para la realización de estudios e intervenciones de esta disciplina y de la neurología.
“El material de contraste es un insumo imprescindible para hacer cateterismos cardíacos o cateterismos vasculares para estudios cerebrales, es decir, es un material muy importante en el uso cotidiano en la cardiología y en la neurología”, indicó a Télam Ana María Salvati, presidenta de la Fundación Cardiológica Argentina, quien detalló que ese material se emplea para “muchos estudios programados para ver las arterias o las venas, pero también es fundamental, por ejemplo, en el momento en que un paciente ingresa con un infarto para poder hacer el cateterismo y la angioplastia”.
El 26 de octubre, varias cámaras enviaron una nota al secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, en la que indicaron: “Observamos con preocupación que desde la semana pasada, están registrándose las siguientes incidencias que imposibilitan el pago de importaciones a proveedores del exterior advirtiendo que desde hacía una semana se registraban “inconsistencias” en las tramitaciones de las SIRA, un “comportamiento errático del servicio de AFIP CCUCE Entidad Financiera -con varios días sin funcionar-, por lo cual los bancos no pueden procesar operaciones de pagos al exterior que requieren validación de la Cuenta Única de Comercio Exterior (CCUCE), por no estar operativo el sitio de AFIP” y un “error que impide ingresar al Sistema Informático de Trámites Aduaneros (SITA) de AFIP”.
En esa línea, señalaron que los asociados “continúan sin poder pagar sus importaciones de productos médicos, reactivos de diagnóstico e insumos para la fabricación local de los mismos”. En esa nota, subrayan, sus importaciones representan “menos de 2%” del total país, pero que el “impacto por la escasez de este tipo de productos será importante, ya que afectará gravemente a los pacientes”.
Firmaron el texto representantes de las cámaras Argentina de insumos, implantables y equipamiento médico; de Medicina Oftalmológica; de la Industria Traumatológica; de la de productores de equipos electro médicos; de la de Fabricantes de Implantes Médicos, de la de Reactivos para Diagnóstico; de la de Fabricantes y Comerciantes de Ortopedia y Rehabilitación; de la de Industrias de la Salud de la provincia de Córdoba y de la Unión Argentina de Proveedores del Estado (UAPE– UAPE RED).
El martes pasado fueron algunos de los que se reunieron con Tombolini, quien les manifestó que para el Estado la “salud es clave”. En ese encuentro hubo sociedades médicas que plantearon su preocupación por la falta de disponibilidad de insumos críticos y los proveedores insistieron en que “la principal problemática actualmente son las dificultades para acceder al MULC para poder cumplir con las obligaciones preacordadas con proveedores del exterior, lo que impacta en la disponibilidad de productos”.
“El secretario informó que, como primer paso, está garantizada la disponibilidad de US$100 millones para el pago de deuda vencida priorizando a pymes -contó a este diario uno de los presentes por las cámaras-. De nuestra parte, esperamos que se garantice la continuidad de este tipo de medidas para poder regularizar los pagos a proveedores y como consecuencia el normal abastecimiento”. Se acordó generar una mesa de trabajo.
Según datos oficiales, en los primeros nueve meses del año se aprobó el 100% de las SIRA solicitados por 712 empresas de ese sector: US$3.903 millones, 25% más en la comparación interanual. Esa cifra es el 6,5% de los US$58.156 millones importados por el país entre enero y setiembre según Indec. Nada dijeron sobre la disponibilidad de dólares para pagar.
Desde un pull de compradores de unas 30 instituciones de salud de primera línea plantearon que la situación está “casi al límite” porque los proveedores les dicen que “se están acabando los stocks y desde mayo no acceden a dólares oficiales por lo que los precios están a CCL para casi todo lo importado”.
De un relevamiento realizado por el grupo en los últimos días surge que hay falta de contrastes para imágenes, algunos reactivos de laboratorio, algunos insumos para hemoterapia y albúmina además de algunos descartables para cirugía, y agujas especiales. Las clínicas y sanatorios más grandes reconocen, que con todo, están “mejor” que las más chicas.
Las fuentes oficiales aseguraron que entre las empresas a las que se les autorizó las SIRA figuran laboratorios, fabricantes de principios activos, de insumos hospitalarios y de equipamientos. Setiembre, dijeron, fue el mes con “más autorizaciones”, US$581,5 millones “sólo en medicamentos y afines”, 47,2% más que el promedio mensual de enero a agosto. Siempre según los datos del Gobierno, 326 compañías recibieron aprobaciones por el 40% más que en igual período del 2022.
Desde la Cámara de Importadores de la Argentina, detallaron que vienen trabajando con los clusters de salud junto a los ministerios de Economía y de Salud y con la Mesa Sanitaria de Aduana para resolver urgencias. Pero añaden que “más” que las SIRA les “preocupa de sobremanera” la situación de los pagos internacionales. “Hay que empezar a cumplir con los compromisos asumidos porque los proveedores del exterior están con dificultades para establecer negocios con normalidad con la Argentina; hay que poner en perspectiva el esquema porque vemos que hay cierta dificultad para el abastecimiento en todos los sectores de la economía”, sintetizaron.
Excepcionalidad
En el caso de los insumos de salud, la vía de la excepción se ha convertido en casi una regla, según indican varios referentes del sector. Aunque la autorización de importaciones la realizan AFIP, Aduana y la Secretaría de Comercio, acuden al Ministerio de Salud para acelerar los tiempos.
También la Aduana tiene un mecanismo de intervención especial para estos casos. Por ejemplo, a veces quedan “trabados” insumos que deben entrar en un plazo máximo de 72 o 96 horas por los tiempos de garantía de los proveedores. Estos esquemas son calificados por un empresario como “válvulas de escape, son excepción, no la regla con la que deberíamos funcionar”.
Hace unos días se hizo público que había 6.000 personas en lista de espera para audífonos. Horacio Cristani, director de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos, explicó a este diario que, después de que se conociera el dato, “hubo algunos progresos pero los importadores mantienen la queja de que no pueden liquidar los pagos, con lo que sigue el riesgo de no poder contar con lo que se necesita”.
Hugo Magonza, director general del Cemic y miembro del Consejo de Administración de la Unión Argentina de Salud (UAS), confirma que hay “problemas” de abastecimiento sea de insumos como de recursos tecnológicos necesarios para el mantenimiento de equipos. Agregó que, al tener que acceder a buena parte de lo que requieren a precios del dólar CCL, los costos crecen en un contexto en el que los pagos que reciben están “congelados”.
Para graficar los problemas que atraviesan los prestadores, aporta un cálculo realizado por la institución desde 2019 a setiembre último. En ese período el costo de la salud creció 1.161% frente a 1.019% del dólar blue, 876% de los medicamentos, 813% del IPC, 673% del Plan Médico Obligatorio (PMO), 670% del salario de una enfermera, 584% del dólar oficial, 574% las cuotas de las prepagas y 546% las prestaciones.
Gustavo Luraschi, titular de la Cámara Argentina de Distribuidores e Importadores de Productos Médicos y Ortopedia (CADIPO), reiteró que las SIRA salen a 120 días y no siempre los proveedores están dispuestos a esperar. El otro punto es la “incertidumbre de a cuanto vender, cuánto valdrá el dólar entonces”. Por eso, se extiende el uso del CCL.
Entre el MULC y el CCL
Los entendidos distinguen entre insumos médicos y medicamentos y productos farmacéuticos, que son un “universo aparte”. De todos modos, desde la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa), sostienen que “comparten la problemática que tiene toda la economía” y definen a la situación como “compleja y cambiante; sin una respuesta concluyente”.
Hay laboratorios farmacéuticos que precisan que la aprobación de las SIRA, está “regularizada”, que no hay demoras en la aprobación pero coinciden con las empresas de insumos médicos en que “lo más crítico” para por los pagos de las importaciones. Aunque los medicamentos tienen plazo de 60 días, ese período “no se cumple” porque “se reprograman” o porque las SIRAS salen sin fecha de pago.
Hay consenso entre las fuentes tanto de laboratorios farmaceúticos como de empresas relacionadas a insumos y equipamiento en que el sistema de las SIRA, que nació hace un año, no logró dar certidumbre, pero enfatizan que en la coyuntura la mayor preocupación es la imposibilidad de acceder a dólares oficiales.
LA NACION accedió a documentación que los proveedores envían a las empresas y que respalda los dichos de las fuentes. Por ejemplo, una compañía de tecnología médica, describe las diferentes medidas tomadas por las autoridades del país, señala que “han alterado en forma sustancial las circunstancias existentes al momento de contratar” y agrega que tienen “impacto directo en nuestra posibilidad de obtener insumos de nuestros proveedores del exterior (principalmente, de nuestra casa matriz)”.
Añade que para “poder continuar” con el suministro de los insumos, debe realizar una serie de “ajustes de precios” que detalla y que alcanzan a octubre, noviembre y diciembre. La “decisión se basa en la necesidad imperiosa de llevar nuestra lista de precios al tipo de cambio ROFEX futuro, que es el mecanismo que entendemos que nos permitirá continuar con el giro normal de nuestro negocio y para no seguir generando una deuda en el exterior que sabemos que nos será muy difícil de saldar en el futuro, con un tipo de cambio incierto”, advierte.
Con fecha del 4 de octubre, otra empresa del rubro equipamiento médico (no encuadrado en “excepciones de material médico”)- les comunicó a sus clientes que han “agotado todos los canales posibles de comunicación y reclamos antes las autoridades competentes para poder destrabar la mercadería sin éxito hasta el momento” y que, en ese marco, se ven “forzados” a resolver que para la venta de insumos y partes “solo se reciben órdenes de compra en dólares”.
Para productos con stock disponible en plaza la “única condición de pago aceptada por la empresa es pago anticipado, mediante transferencia bancaria y/o cheque electrónico al día” dentro de las 48 horas de emitida la factura. El plazo de entrega es de 72 horas hábiles posteriores a la acreditación en cuenta del pago. En el caso de productos sin stock disponible, el plazo de entrega y facturación de mercadería están sujetos “a la aprobación de SIRA”. También aclara que se cancelan todas las órdenes de compra recibidas que no estén en dólares y/o no cumplan con las condiciones de pago comunicadas.