Un ensayo realizado en Argentina y liderado por el doctor Ventura Simonovich, del Hospital Italiano de Buenos Aires, revela que el plasma de convalecencia no produciría un beneficio clínico significativo. En diálogo con Infobae, el experto compartió los hallazgos publicados ayer en The New England Journal of Medicine
La enfermedad por coronavirus 2019 tiene manifestaciones clínicas que van desde la ausencia de síntomas hasta la insuficiencia respiratoria. Hasta ahora, solo dos agentes han demostrado cierto grado de eficacia clínica en grandes ensayos controlados aleatorios: remdesivir, en pacientes hospitalizados con enfermedad pulmonar, y dexametasona, en pacientes hospitalizados que reciben oxígeno.
El plasma de convalecencia se ha utilizado para el tratamiento de enfermedades infecciosas durante más de un siglo, bajo el supuesto de que la inmunización pasiva puede “reactivar” el sistema inmunológico para controlar la evolución de la enfermedad hasta que se establezca una respuesta inmunitaria específica en la persona infectada. A pesar del gran interés, se ha demostrado claramente que el plasma de convalecencia sólo tiene valor en el tratamiento de la fiebre hemorrágica argentina, por lo que se considera un tratamiento estándar. Aunque predominantemente ensayos no aleatorizados y de etiqueta abierta han afirmado la eficacia del plasma de convalecencia en el SARS, síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), influenza A (H1N1) en 2009, influenza aviar (H5N1) y Ébola, los datos concluyentes de ensayos controlados aleatorizados escasean.
Un equipo de profesionales encabezados por el doctor Ventura A. Simonovich -de la Sección de Farmacología Clínica de la Unidad de Cuidados Intermedios y Sección de Enfermedades Infecciosas del Departamento de Medicina Interna y Departamentos de Investigación y Medicina Transfusional perteneciente al Hospital Italiano de Buenos Aires- realizó una investigación que acaba de ser publicada por The New England Journal of Medicine. “El estudio PlasmAr agrupó a 12 hospitales de 5 provincias de la Argentina y logró mostrar que el plasma de convalecientes es igual al placebo en pacientes que tienen una neumonía severa por COVID”, sentenció en diálogo con Infobae el doctor Simonovich.
El equipo investigador estuvo integrado por profesionales de entidades de prestigio local como el Hospital Universitario Austral, la Clínica Zabala, Swiss Medical, el Sanatorio Trinidad de Palermo, la Clínica Santa Isabel, el Hospital Privado de la Comunidad, el Hospital Zonal Ramón Carrillo de Bariloche, el Hospital JM Ramos Mejía, el Sanatorio Británico de Rosario, el Hospital Privado de Córdoba y la Fundación Instituto Leloir.
La lupa sobre el plasma
Los estudios observacionales han demostrado sistemáticamente que el plasma convaleciente tiene un perfil de seguridad adecuado en pacientes con COVID-19. Un análisis exploratorio en 4330 pacientes no mostró diferencias significativas en la mortalidad a los 7 días entre los pacientes que recibieron plasma con índices altos y los que recibieron plasma con niveles bajos en la población general; mientras que se observó una mortalidad a los 7 días un 20% menor en el subgrupo predefinido de los pacientes no intubados que recibieron plasma con índices más altos que en los que recibieron plasma con niveles más bajos (14%, frente a 11%). En un análisis post hoc, la mortalidad a los 7 días en pacientes no intubados menores de 80 años y tratados dentro de las 72 horas posteriores al diagnóstico fue del 6,3% en los que recibieron plasma con niveles altos y del 11,3% en los que recibieron plasma con índices bajos).
Un análisis de eficacia similar de la Clínica Mayo incluyó a 3082 participantes que recibieron una sola unidad de plasma entre los 35.322 pacientes que habían recibido plasma a través del programa de acceso ampliado. Después del ajuste de las características iniciales, la tasa de mortalidad a los 30 días fue del 29,1% en el grupo de títulos bajos y del 24,7% en el grupo de altos; la diferencia no alcanzó significación estadística. Un análisis de subgrupos post hoc también sugirió un beneficio del plasma de títulos altos en pacientes que recibieron plasma dentro de los 3 días posteriores al diagnóstico de COVID-19. Sobre la base de todos los datos disponibles, el plasma de convalecencia está actualmente disponible para su uso en los Estados Unidos bajo una autorización de uso de emergencia (EUA) y se ha utilizado ampliamente en todo el mundo en el contexto de un uso extendido y compasivo.
En un intento por determinar más claramente el efecto del plasma convaleciente en COVID-19, se realizó el ensayo PlasmAr para evaluar la seguridad y eficacia del plasma convaleciente en el tratamiento de la neumonía por SARS-CoV-2. “Las instituciones que participaron decidieron financiar con sus propios fondos este trabajo, algo único en nuestro país. Participaron en el proceso 161 personas”, afirmó el experto que lideró la investigación.
La principal hipótesis de este ensayo fue que en pacientes con esas características, el tratamiento con plasma de convalecencia se asociaría con mejores resultados clínicos a los 30 días. Todos los participantes lo hicieron de manera gratuita y nadie recibió compensación alguna por esta estudio. “Esto -continúa Simonovich-, además de llevar muchas horas de trabajo, y una coordinación muy compleja, teniendo en cuenta que, por ejemplo, no se podían enviar insumos de un sitio a otro, habla de la importancia de haber llevado a cabo este estudio cuando, en otros países con muchísimos recursos económicos, no pudieron terminarlos o, ni siquiera realizarlos”.
Se asignó un total de 228 pacientes para recibir plasma de convalecencia y 105 para placebo. El estudio plasmar tuvo algunas particularidades, según informa el especialista del Hospital Italiano. “Presentaba la dificultad de enrolar pacientes en pandemia -indicó-, lo que implicó que muchos pacientes deseaban contar con plasma para su tratamiento por la expectativa que se había puesto en esa alternativa. Y luego de explicarles adecuadamente sobre la ausencia de evidencia sobre la eficacia real del plasma, ellos decidieron voluntariamente participar”.
El promedio de tiempo desde el inicio de los síntomas hasta la inscripción en el ensayo fue de 8 días y la hipoxemia fue el criterio de gravedad más frecuente para la inscripción. El plasma de convalecencia infundido tuvo un título medio. No se perdieron pacientes durante el seguimiento. Al día 30, no hubo diferencia significativa entre el grupo de plasma convaleciente y el grupo de placebo en la distribución de los resultados clínicos de acuerdo con la escala ordinal. La mortalidad global fue del 10,96% en el grupo de plasma convaleciente y el 11,43% en el grupo de placebo, para una diferencia de riesgo de −0,46 puntos porcentuales. Los títulos totales de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 tendieron a ser más altos en el grupo de plasma convaleciente el día 2 después de la intervención. Los eventos adversos y los más graves fueron similares en los dos grupos.
“También logramos demostrar en este estudio -continúa Simonovich en diálogo con Infobae- que a los menores de 65 años a los que se les infundió plasma les va peor que a los que se les dio placebo. Este estudio demostró que la neumonía severa por COVID-19 no debería ser con plasma de convalecientes”.
En el informe se explica que “el uso de plasma de convalecencia no produjo un beneficio clínico significativo en comparación con placebo en pacientes con neumonía grave por COVID-19”. Este hallazgo contrasta con los de una serie de estudios no aleatorios que afirman que el plasma convaleciente es de beneficio sustancial e ilustra la importancia de los ensayos controlados aleatorios, especialmente en el contexto de una pandemia.
“Creo que en este escenario la voluntad de poder responder una pregunta científica muy importante tuvo muchísima energía por parte de todos los participantes -concluye Simonovich-. Definitivamente no sólo es un logro haber publicado en la revista más importante del mundo, sino también haber modificado una conducta de un tratamiento a nivel global gracias al esfuerzo desinteresado de muchísimas personas”.
|Fuente: www.infobae.com.ar