El dueño de la frase es sanitarista, epidemiólogo y rector de la Universidad ISalud. “Quienes trabajamos en el sector sabemos que hay problemas serios que requieren cambios urgentes”, afirma el especialista.
El doctor Rubén Torres tiene un largo recorrido en el escenario de la salud pública. Fue gerente del Área de Sistemas de Salud basados en la Atención Primaria en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en Washington (EE.UU.) y representante de la OPS en Chile. Uno de los miembros fundadores y actual rector de la Universidad Isalud. Fue también director del Instituto Municipal de Maternidad de Santa Rosa y director del Hospital Municipal de Vicente López, y del Hospital Materno Infantil Fundación Hospitalaria (también en Buenos Aires).
Actualmente a cargo del armado y diseño del programa Ideatón, una iniciativa de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales, dialogó con Ámbito sobre la actualidad del sector en el país. “La Argentina gasta aproximadamente 9.4 del PBI en salud. El que menos aporta es el Estado en sus tres estamentos; nacional, provincial y municipal. Y los que más ponen son las obras sociales (el PAMI entre ellas). El resto es gasto privado, sale del bolsillo de los argentinos. Entonces es fundamental plantearse algunos interrogantes: ¿qué rol tiene que jugar el Estado? ¿Vamos a seguir manteniendo 300 obras sociales nacionales, 24 obras sociales provinciales y otras tantas de las fuerzas armadas, el poder legislativo, el poder judicial, etc.? ¿No es conveniente unificar?”, se cuestiona el especialista antes de abrir otro debate: “Hoy tenemos en una misma provincia hospitales nacionales, hospitales provinciales, hospitales mixtos y hospitales municipales. Y en algunas ciudades uno está a dos cuadras del otro pero no trabajan en conjunto. El desperdicio en recursos, de todo tipo, es enorme. ¿Lo ideal no sería articular entre todos? Lamentablemente estas y otras preguntas, por ahora no tienen respuesta”, sostiene Torres, quien fue uno de los expositores en la apertura del Congreso Argentino de Salud.
Periodista: ¿Cuál es el eje central de debate en esta edición del Congreso?
Rubén Torres: El tópico de esta edición es “la tormenta perfecta”. Básicamente se debate la situación actual del sistema de salud en la Argentina, no sólo atravesado por la pandemia, sino muy atentos al anuncio de una probable reforma.
P.:¿Qué expectativas tiene con la reforma que plantea el Gobierno? ¿Es posible articular entre el sector público, el de las obras sociales y el sector privado?
R.T.: No hay dudas de que el sistema necesita reformas. Quienes trabajamos en el sector sabemos que hay problemas serios y que requieren cambios urgentes. La discusión es cuál es la viabilidad política de esa reforma.
P.: ¿Cuándo habla de viabilidad, se refiere a la voluntad política o a cuestiones estructurales?
R.T.: Es simple, los que plantean la actual reforma son los mismos que estuvieron más de 20 años en el Gobierno.
P.: ¿Las deficiencias en materia de salud es responsabilidad del Gobierno de turno entonces?
R.T.: No. De ninguna manera, es un problema de Estado. Desde el advenimiento de la democracia, la salud estuvo fuera de la agenda política de todos los partidos políticos.
P.: Usted es el articulador del Ideatón Salud. ¿En qué etapa está el programa?
R.T.: Primero, me gustaría expresar que estoy muy contento con Ideatón. La intención es crear un espacio de propuestas e ideas de modificación del sistema de salud en algunos ejes como: generación de recursos, gestión eficiente del gasto en salud, mejora en la prestación de servicios y fortalecimiento de la salud pública. Un espacio de trabajo en donde los interesados presenten una idea sobre cómo se les ocurre que podría mejorarse algunos de estos aspectos que mencioné anteriormente. En base a eso, el Ideatón va a disponer de un par de tutores expertos en el tema para que los ayude a consolidar la idea y darle forma. Esta iniciativa va a competir por un premio de 2 millones de pesos.
P.: Habla de cuatro focos: generación de recursos, gestión eficiente del gasto en salud, mejora en la prestación de servicios y fortalecimiento de la salud pública. ¿Puede hacer un desglose de cada eje?
R.T.: Fortalecimiento de la salud pública: la salud pública no significa estatal, sino que requiere los esfuerzos de lo público y lo privado. Esto en pandemia funcionó bien. Hay que lograr que suceda lo mismo en la pospandemia. Generación de recursos: ¿de dónde sale el dinero? Ver qué se puede recortar o qué recursos se pueden redistribuir para que la salud reciba más aportes. Generación eficiente del gasto: Argentina es uno de los cinco países de América Latina que más dinero gasta en salud. Los resultados no están acordes con ese gasto. Entonces se está malgastando dinero. Hay que mejorar la eficiencia.
P.: ¿Quiénes son los sectores convocados?
R.T.: Instituciones académicas, ONG, entidades financiadoras, a los pacientes, etc. A todos los actores que forman parte del sector de la salud.
P.: Volviendo a la reforma: ¿Qué características debería tener para mejorar el sistema?
R.T.: Tenemos que lograr ponernos de acuerdo en las características. Queda claro que una reforma tan importante se tiene que proyectar a lo largo de los años. Eso implica que hay que pensar en largo plazo. Debería atravesar tres o cuatro gobiernos.
P.: ¿Y ve factible trabajar en políticas de Estado a largo plazo?
R.T.: No. Me encantaría creer que sí. Pero es difícil. Mucho más con el agregado de la grieta. Hoy hay una brutal incapacidad política para sentarse todos a una mesa común a consensuar ideas o proyectos. Hay que pensar en una resignificación de lo estatal.
P.: ¿Me lo explica?
R.T.: La reforma del sistema de salud es sólo una parte de un problema mucho más serio y es que el Estado ha abandonado su papel central. A mí me da gracia cuando hablan del Estado presente, cuando un porcentaje alto de los niños se educan en la educación privada; cuando un porcentaje cada vez más alto de los argentinos se atiende en el sector privado. Estas, entre muchas otras, son tareas esenciales al funcionamiento del Estado. Y el Estado se ha ido retirando de estos debates. En el caso de salud, hoy el 70% de los argentinos tiene algún tipo de cobertura de salud, ya sea a través de la medicina prepaga o seguridad social en el caso de un trabajador. En el año 2019 el salario promedio del personal de salud registrado en la Argentina era la quinta parte de un diputado nacional. Si uno le sacara a las 24 legislaturas provinciales apenas un 5% del presupuesto, duplicaría el dinero que el Ministerio de Salud de la Nación gasta en enfermedades crónicas no transmisibles. Actualmente hay 8 provincias que todavía tienen parlamento de diputados y de senadores. Es inadmisible.
P.: ¿La gente hoy no confía en el sistema de salud público?
R.T.: La gente hoy huye del sistema de salud pública en busca de una cobertura privada, con un esfuerzo económico enorme. O se inscribe en un monotributo para tener cobertura de una obra social sindical, porque el Estado no brinda un sistema de salud pública aceptable. Convengamos que a nadie le gusta pagar una fortuna en prepaga.