Este sistema atiende a casi 18 millones de personas en la Argentina. “En lo que va de 2023 no recibimos ni un solo aporte extraordinario del Fondo de Redistribución Solidaria”, alertaron desde la CGT.
Un número importante de obras sociales están en rojo. Si bien no es un tema nuevo la crisis del sistema de salud en la Argentina, la era pospandemia lo encuentra afectado de una manera muy fuerte y a punto tal que está en zona de riesgo la atención de casi 18 millones de personas que dependen de las obras sociales para su atención.
Los sindicalistas insisten en advertir, cada vez con mayor fuerza, que la situación se vuelve insostenible. “En lo que va de 2023 no recibimos ni un solo aporte extraordinario del Fondo de Redistribución Solidaria, el sistema está en rojo. Se sostiene por el aporte de los sindicatos”, alertó días atrás el titular del gremio de los trabajadores de Obras Sanitarias e integrante de la mesa chica de la CGT José Luis Lingeri, quien además está al frente de la Secretaría de Acción Social de Azopardo y lleva al frente las negociaciones con la Superintendencia de Servicios de Salud.
Esta pelea por la distribución de fondos es un tema grave en el que siempre se termina señalando al titular de la SSS, Daniel López, quien reparte los fondos de una manera arbitraria y discrecional.
El sistema de obras sociales atiende a casi 18 millones de personas, pero en apenas 16 de estas obras sociales está la gran mayoría de los trabajadores y sus familiares. Entre estas están Osecac (Comercio), Sanidad, Smata, Uocra, UOM y Osuthgra (Gastronómicos).
Varias de ellas tienen números en rojo y pueden paliar la situación a partir de acuerdos de emergencia, como al que llegó Camioneros con un aporte de $3.200 por trabajador, por seis meses, de parte de las cámaras empresarias para intentar mejorar la situación.
Los últimos datos aportan que son casi 130 obras sociales con resultado económico negativo. Poco menos de la mitad del total de estas entidades.
Para no dejar a los trabajadores y sus familias sin la debida atención, son los sindicatos los que cubren los agujeros de la sobras sociales. Y estos mismos sindicatos son los que se siguen preguntando si, en el momento de repartir los fondos, la Superintendencia de Servicios de Salud tiene en cuenta estos rojos. La respuesta clara es “no”.
Para los datos duros, el sistema de salud con base en sindicatos presta atención a casi 18.000.000 de personas y los costos de los insumos, aparatología, elementos sanitarios y demás se elevaron exponencialmente a causa del coronavirus. La salud de los trabajadores sigue en riesgo.