En medio de la crisis económica, agudizada por la devaluación ante el dólar y la disparada de precios después de las PASO, el médico gerontólogo Carlos Presman (MP. 17.871) habló con Cadena 3 y comparó la situación actual con otras crisis, como la de 2001 o la pandemia, e instó a “no ser indiferentes ante el dolor ajeno y adoptar conductas más humanas”.
“Como vivimos en 2001 o con la crisis del coronavirus en 2020, definimos un determinante social de la enfermedad como la salud física, mental y la convivencia social. Esta situación de malestar social nos debería invitar a pensar que el malestar también es social, visto desde la perspectiva individual. Sentimos malestar porque no somos indiferentes al entorno, lo vemos en el semáforo cuando hay niños pidiendo o cuando alguien toca el timbre de casa para pedir comida”, explicó el escritor.
Dijo que cada persona en la sociedad representa un hilo y, en conjunto, representa un tejido. “El nexo más dramático de las crisis es la incertidumbre e inseguridad económica, social y sanitaria, que es devastadora para la especie humana. Atravesamos una crisis y de lo único que somos poseedores es del futuro para construir certidumbres: cambios electorales, periodos de vacaciones y estudio. Cuando se desestructura un esquema para construir los proyectos vitales, nada es más triste que no poder construir proyectos vitales y estrategias a futuro”.
Sostuvo en diálogo con La Mesa de Café que hay un nivel de malestar, incertidumbre y violencia, que hace que la gente tenga que atravesar este tiempo con niveles de alerta o estrés, denominado “periodo de hipervigilancia”, es decir, trastornos de sueño acompañado de una hiposatisfacción.
“Resguardarse del entorno cuando no tenemos gratificaciones genera un trastorno que aumenta la adrenalina y la frecuencia cardíaca, la sexualidad, la alimentación y la convivencia. Por eso es trascendente leer lo que estamos viviendo”, ejemplificó Presman.
Sugirió pensar en qué construcción colectiva está la sociedad en su conjunto y que los resultados electorales de las PASO agregaron el problema de a qué dirección está yendo el país. “De alguna u otra manera, los argentinos elegimos la opción democrática del voto y elegir nuestros representantes. Eso genera desamparo porque no nos sentimos representados y se ve en la cantidad de gente que no va a votar porque perdió la fe y creencia de poder cambiar la realidad con nuestro voto”, detalló el médico.
Y añadió: “Quienes trabajan alrededor de las conductas humanas deben instar a aferrarse a volver a eso para que la sociedad no sea la que estamos viviendo. Una buena conducta es recrear los proyectos que cada uno tiene y que implican a cada uno de los demás: volver a pararnos en los deseos que puedan transformarse en proyectos vitales”.
En ese sentido, señaló que no hay que perder la conmoción y que la población debe pararse en el dolor del otro para no ser indiferentes. “Miremos para afuera, no seamos indiferentes con el dolor ajeno. En la película del Titanic, los músicos decidieron poner su mejor música en medio de una inminente tragedia”.
Por último, instó especialmente a Córdoba: “Siendo cordobeses, no perdamos el humor, que también es una estrategia de vida”, finalizó.
| Fuente: www.cadena3.com